Votos Rotos, Amor Silencioso
pués de las 2 a.m. Isaac no se movió de su silla en la sa
resonando en el piso de mad
davía estás
ratando de s
s dijo que era un buen ángulo. Presentarme como una mujer que
a era demasiado pulcr
su perfume. Era una loción cara, masculina, que no reconoci
ela -dijo, apartá
vaciló por
para suavizar la repentina distancia entre ellos-. Te
una extraña, a alguien que había conocido hace mucho tiempo. Quería gritar, confrontarla, e
ijo ella, con la voz un
nada. No intentó detenerla. Simplemente se quedó allí, escuchando sus pasos desva
silla hasta que el sol comenzó a sal
vibró. Era
aniel, con la voz apagada-. ¿Está
. Y quiero agreg
¿Cu
e a todas sus accio
ó silencio p
esa. Es todo. Un juez nunca
nsacción, una deuda de gratitud. Bien. Saldemos la deuda. Ella puede tener su libe
ndo una alarma estridente y
a habitaci
r junto a la cama de Elena parpadeaba en rojo, el tono plano y
us manos temblando mi
ancia. Mi suegra es
omáticos gracias al entrenamiento en el que había insistid
al buzó
e nuevo.
de un hombre. Una voz que reconoc
go Be
tó Rodrigo, con la voz
ela? -exigió Isaa
la molestes -dijo
r la puerta en ese momento, ap
ándose, con el teléfono
mismo, hijo de puta. Su
la línea se cortó. Rod
llamar, pero el teléfon
Elena, su mente dando vueltas. Ella estaba con él. De
aje de texto, con lo
geles. Si quieres verla por última