Divorcio, Renacer y Dulce Éxito
vo, estaba de vuelta en mi cama, veinticinco años más joven, antes de que mi vida se convirtiera en un matrimoni
nciosamente roto. Había visto una foto de Augusto, su novia de la universidad, Heidi, y nuestro
aeródromo privado, desesperada por detenerlos. Los vi allí, bañados por la luz
-grité, con
sa se de
ces aquí? Estás ha
y confront
Y por qué vas al v
e estrelló cont
ruinando nuestro via
bur
La tía Heidi es inteligen
sto
. Molestaste a Heidi.
ía pasado años sacrificando mis sueños para ser la esposa y madr
-dije, mi voz como u
quedaron helados,
tención, Carolina? Caí
eles del divorcio y firmé mi nombre con m
ítu
dolor agudo y cegador detrás de
mi cama. El sol de la mañana entraba a raudales por la ventana, de l
uso joven. Me miré las manos. Estaban lisas, sin las te
onio hueco con Augusto Salvatierra, un ambicioso Senador de la República que no me veía más que com
ante veinticinco años, mantuvieron un romance emocional justo delante de mis narices. To
política. La verdad era más simple. Necesitaba una esposa que fuera una sirvienta glorificada, alguien que manejara su vida para que él pudi
Augusto, Heidi y nuestro hijo Kael en un retiro familiar.
zón silenciosamente roto, todo
é a mi propio hijo, Kael,
do un desastre en el
vuelta. De vuel
o de donantes en el rancho privado del senador en la mon
corriendo de la casa, sin siquiera molestarme en ponerme
d. Me abrí paso entre la multitud, con el corazón
ajustaba el cuello de la camisa a nuestro hijo de ocho años, Kael. Heidi Cárdenas estaba a su lado, con la mano apoya
sta era la escena que me había ato
-grité, con
Augusto se desvaneció al verme. S
í, con la voz
ces aquí? Estás ha
iré más allá
Y por qué vas al v
, su expresión era una más
Soy Heidi Cárdenas, una vieja amiga
iga? -solté un
ó del brazo, su
én esta tontería. Hei
queño cuerpo se e
ome con fuerza-. ¡Estás arruinan
ado, un frío que no tenía nada que ver con el aire de la maña
gunté, con la voz temblorosa-. En
urló Kael-. La tía Heidi es int
llos. Los ojos de Heidi se llenaron de lágrim
sto sea mi culpa. N
to y Kael se ablandaron de inmed
eó Augusto-. Molestaste a H
onzosa -dijo Kael, su voz goteando desdén-.
, administrando la casa, sacrificando mis propios sueños e identidad para ser la esposa y madre política perfec
vienta. Redundante. Un obstáculo
e la manipulación,
puedes venir con nosotros. Nos encantaría te
mpeoró las cosas. Me hiz
-. Heidi está siendo amable. Ahora, ¿vienes o
Yo me senté sola, un fantasma invisible en mi propia vida. Recordé una conversación de mi vida pasada, Augu
cabeza, un recordatorio const
an allí. Sus rostros se ensombrecieron al verme. Adora
genio de Heidi, sus conocimientos políticos, su eleg
se reunieron en el mirad
ndome señas. Me apartó cuando intenté pararme junto
taba sucediendo de nuevo
e la montaña. Augusto con el brazo alrededor de Heidi, Kael apoya
s del visor, la imagen que literalmente me había matado. Vi la vida qu
ve. Apreté el obturador. Clic. El sonido fue en
Kael caminaron adelante con Heidi, sus risas resonando a m
uestra casa en Polanc
os -ordenó Augusto, dejando
rame algo de comer -exigió
dolor de dos vidas, de veinticinco años d
rodeada de la vida que había construido par
baja, apenas un susurro, pero aterrizó co
o el d
Me miraron fijamente, sus rostros un
Dio un paso amenazador hacia
cabas d
ada, la mía tra
ro el divor
mirada de despre
n, Carolina? Caíste más bajo
imitando la sonr
para presidente. ¿Crees que te dejará arrui
Caminé hacia el escritorio donde Augusto guardaba sus documentos legales, saqué los papeles de divorcio q
aba. Esta vez, me