Adiós, Amor Tóxico
latía con una fuerza descontrolada dentro del pech
familiar, la luz del sol de la mañana se filtraba a
pijama pegada a su piel. Por un momento, la confu
iró sus manos, pálidas pero llenas de energía, las giró, flexionó los dedos. Estaban fuertes. No había rastro
ltim
de su vida hecho cenizas frente a miles de espectadores. La mirada de decepción de los jueces, el murmullo de lástima de
ndo con una devoción fingida
un espasmo de dolor y
hombre por el que ha
fuego en su alma. Recordó la llamada desesperada de Ricardo, pidiéndole un préstamo enorme para un "negocio culinario"
éndole que era una oportunidad única para él y que, cuando triunfara, la llevaría consigo. Ella le creyó
yo es compatible, por favor, ayúdala, es mi socia, es importante". Y ella, ciega de amor y estúpida por naturaleza, fue al hospital una y otra vez. Donó sangre hasta que
penas podía sostener un cuchillo, sus manos temblaban, su me
na complicación médica derivada de su salud debilitada, sola y
estaba aquí. En su c
La fecha la dejó sin aliento. Era el día a
nda opor
estúpidos. No habría una Sofía ingenua dispuesta a
rasposa pero firme, "seré egoísta. Me voy
su habitación abriéndose l
vaba esa sonrisa arrogante y encantadora que ante
l aire. Se sentó en el borde de la cama, mir
z era suave y melosa, el tono de un depreda
le la mejilla, pero ella ap
por una fracción de segundo,
ucho tiempo, y creo que es hora de ha
onaba como una broma macabra. Él no la amaba, solo quería asegurarse de tenerla bajo contr
resión era una máscara de calma helada. No ha
N
pero cortó el aire de la
nfundido. Soltó una
¿Qué di
oz ahora más clara, más fuerte. "N
e siguió fue d
ego a una incredulidad total. Sus ojos, que siempre la miraban con una mezcla de posesión y condescen
mirada fría y decidida de una
su arrogancia habitual hecha pedazos. "Sofí
de la pérdida de control. Y Sofía, por primera vez, si