Adiós, Amor Tóxico
grabado en cada facción de su rostro. En su mente, e
omero l
él se olvidaba, la que hacía sus tareas de química para que él pudiera ir a entrenar fútb
rse, se había llenado de una furia que él nunca había visto. Al día siguiente, el casillero de ese chico
ero completamente suya. La idea de que ella lo rechazara e
erdos, la mente de Sofía también viaja
lescente que en ese momento le pareció un acto de amor supremo. Recordaba la sensa
ta habí
tiras, había ignorado sus infidelidades, se había tragado su egoísmo. Por ese amor, se había desangr
ora sonaba impaciente y áspera. Se inclinó hacia ella, tratando de usar su proximidad
unta, como si no hubiera
es ser mi novia. Es u
quiera lo d
a cortante. "¿Necesitas que te lo deletree? N-O. No.
mo si lo hubieran abofeteado. La expresión en su rostro era una mezcla fascinante de ira y h
bra era un clavo en el ataúd de su relación pasada. "De hecho, mirándote ahor
lecido de su capacidad para encantar a las mujeres, y Sofía era su mayor trofeo, la prue
o del encantador Ricardo. En su lugar estaba el ho
u voz llena de veneno. "Bien. Perfecto. E
onrió. Era t
s. Y la pulsera que te di en nuestro aniversario. Y esos aretes ca
ntir pequeña y dependiente de él. En su vida pasada, ell
fía ya no er
el delicado collar de plata con un movimiento rápido y se lo quitó. Luego, se quitó la pulsera
aba, con las joyas en
doscientos", dijo ella, su voz era monótona, como si estuviera leyendo una l
era y contó veinticinco billetes de cien pesos. Pu
ra fría y directa. "Tu plata y t
ó todo e
ados. Su plan de humillarla se había vuelto en su contra de una manera espectac
us dedos rozando los de ella con brusquedad. El metal frío de las joyas