La Sustituta del Vestido Rojo
/0/18354/coverbig.jpg?v=c0912394019f3c8bf59d1497f900b8f6&imageMogr2/format/webp)
estaba en medio de todo, una extra en mi propia vida
formó, y sus palabras heladas, "¡¿Qué demoni
ó, y su madre, Doña Elena, remató con
la sustituta, la mujer sin apellido que solo
umillación quemaba, y por un instante, me pregunt
su agarre, y dejé atrás la farsa, porque algo