Despertar de un Mal Sueño
a de hambre, pero Miguel controlaba el poco dinero que había robado de la cartera de mi padre con mano de hierro. En cada parada, él se bajaba
a llena. "La vida que nos espera no es para débiles. Además, e
radas cuando pensaba que yo no escuchaba. Odiaba a mis padres con una ferocidad que me sorprendía. En sus murmullos, los llamaba "
aba cada migaja de comida que me daba. En una parada, logré llenar mi pequeña botella de agua en
ubierto de azúcar. El olor me estaba volviendo loca. Yo tenía guardado un pequeño bolillo duro del día anteri
Sus ojos se cla
rdenó, extend
ondí, apretando el
es. Yo soy el que de
u propio pan
el bolillo de las manos. Nos enfrascamos en una lucha torpe y desesperada en el
lo, niña
Déjame e
s. De repente, una mano grande y arrugada se pos
ué mosca te picó?",
de enfrente. Tenía el cabello trenzado co
u hermana? ¡Se ve que se está muriendo de hambre y tú tragando com
ló, sorprendido
ece, señora...",
ndote todo el camino. Te das la gran vida mientras a la pobre n
rado con lástima ahora miraba a Miguel con desprecio. Un hombre corpulento do
de la furia hasta el blanco pálido de la humillación. Se dej
ón se suavizó. Abrió su bolsa de tela y s
bueno para nada te mate de hambre", me
a. Por primera vez en días, alguien estaba de mi lado. Comí lentamente, saboreando cada bocado,
Me dio una pizca de esperanza. Quizás el mundo no estaba completamente ciego a la maldad. Mientras el autobús avanzaba hacia un de