No Metí en Tu Juego Prohibido
que sorprendió al propio Ricardo. "
iente, a ignorarlo como si fuera un mal recuerdo sin i
ando un paso al frente con una
en estos seis años. Te ha buscado por todas partes, ha gasta
e para encarar a Carlos
ía, escapó de sus labios. "¿Tu amigo sabe lo que sign
zó Ricardo, intenta
scamente, como si
tan tajante que Ricardo retroce
, suplicó él. "Cinco
uta. Miró a su alrededor, a las caras curiosas que los observaban, y luego fijó su vista de nuevo en
rostro, normalmente bronceado y seguro, estaba pálido. La de
albuceó, "Isabella...
solina al fuego. Una ira sorda y profun
, siseó. "Ambos eran un equipo. Y y
pó de los dedos. Cayó al suelo de mármol pulido con un tintineo agudo y metálico que pareció resonar
finitivo. Un símbolo perfecto de
na máscara de incredulidad y desesperación. La gente seguía murmurando
ese sonido f
o ese anillo. Ella había llorado de felicidad, creyendo que era la prueba de su amor, la promesa de un para siempre. Se había aferrado a ese trozo de metal como
a a ella por quien era, y no por el fantasma de otra persona que él perseguía. Recordó la desesperación, la sensación
muerto. Y el sonido del anillo rompién