El Renacer de la Reina
profundo y oscuro. Abrí los ojos de golpe, desorientada. La luz del sol se f
orme de médico me
Está usted embarazada.
l comienzo de mi fin. El aire se me atoró en la garganta. Miré mis manos, pálidas y
de mármol, frío y duro contra mi espalda. La sangre carmesí manchando mi vestido blanco, un ch
ez amé, estaba desfigurado por el triunfo y el desprecio. A su lado, mi esposo, el
voz goteando veneno. «¿Realmente pensaste que po
ibundo, como si yo fuera una mancha desagradable en su perfec
mi propia sangre y por el
lma gélida. Había renacido. Había vuelto al día en que todo comenzó.
n?», preguntó el médico, p
sonrisa
y feliz. Es solo que es
ó corriendo. Su rostro, usualmente calculador y reservado, estaba iluminado po
verdad? ¿Voy
pero para mí se sentían como el toque helado de la muerte. En mi vida anterior, este momento
pretando el papel de la esposa
fuerza, rien
mediato! ¡Una gran fiesta! ¡Todo el reino debe s
er. Un heredero consolidaría su posición en la corte, dándole una ventaja
té suav
, poniendo una mano en mi frente. «Creo que deberíamos esperar un poc
do, pero la imagen de una esposa frágil y
o que tú digas. Descansa.
cia, una sonrisa fría se dibujó en mis labios.
como el cristal. Conocía el futuro. Conocía las deb
azón de nuestra familia y dejándome a mí para recoger los pedazos. Pero luego, cuando su romance de cuento de had
nidad. De hecho, le daría exact
a mi d
a mi familia. Quiero darle la buena
nsajero. Esta vez, le entregaría la invi
zado. Y esta vez, la