Tu Traición En Nuestro Gran Día
efectivo por una noche, usando el dinero de emergencia que siempre guardaba en mi bolso. La recepcionista me
o. Finalmente, la prenda cayó al suelo, un montón de tul y satén blanco que parecía una nube muerta. Me quedé en ropa interior, temblando, no de frío, sino del shock q
encio de la habitación era abrumador. Y entonces, mi teléfono, que hab
Tres. Luego una av
ontesta el
iablos te
hablar. Esto e
o todo! ¡Mis padre
rajo. No me haga
enumbra de la habitación. Miré los mensajes, cada uno un pequeño golpe, una conf
mblorosos, escri
icardo. No me
mento, sentí una oleada de po
creción del servicio de habitaciones, sino con golpes sec
e estás ahí! ¡A
storsionada por la ma
espiración, esperando qu
ás manipuladora. La voz de Camila. "No hagas est
invadir mi santuario. La ira superó al miedo. Me puse la bata d
de novio, ahora arrugado. Camila, con su vestido de dama de honor, que parecía una burla.
pregunté, mi voz
permitiéndole tomar la iniciativa. "No le hagas esto a Ricardo, no te lo hagas a ti. Fue un er
de la inocencia arrepentida. Era tan buena a
conveniente. ¿También provocaste que se te olvidara que era mi boda? ¿Que él era mi
icamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas, esta vez parecían re
tervino, i
hay que arreglarlo. Mira, lo que quieras. Un viaje a Europa, el coche nuevo que viste el otr
ar mi perdón? ¿Que mi dignidad tenía un precio? Su visión del mun
o quiero tus viajes ni tus coches
etuvo con el pie. Dio un paso dentro d
e hasta que entres en razón" ,
produjo una oleada de repulsión tan
finalmente rompiéndose. "Nunca vu