El Precio De Vuestra Ignorancia
su coche estacionado frente a la escuela. Me apresuré a pasar, pero no lo suficiente. Escuché la voz del
os que salían de la oficina. La curiosidad pudo más que yo,
na vergüenza!", gritaba su padre. "¡Y estas
rlos, su voz irritantemente tranquila. La arrogancia que h
blorosa y aguda. "¡Tu director dice que podrías
tre dientes. "Ustedes no lo entienden. Estoy destinado a la grandeza. Laura y yo, vamos a se
ial no sirve de nada sin trabajo duro. Mira a Sofía, por ejemplo. Ella ha estado trabajando sin de
onar mi nombre fue como
con esa pájara aburrida que solo sabe estudiar! ¡Ella no tiene talento, solo es una r
de imaginar la escena: la cara de sorpresa
de la chica que solía ser tu
los descaradamente. Su mirada, incluso a través de la p
o y seco. Un "¡PLAS!". Su
ónito, seguido por el sonido d
ó Carlos, su voz rota por
illante en su mejilla. Pasó junto a mí sin siquiera verme, sus ojos ardiendo de furia. Su
como un reguero de pólvora. Para el final del día, todos sabían que Carlo
ente las chicas más jóvenes y soñadoras, convi
grupo decir en la cafetería. "Sus padres no aprueban su re
n la arrogancia, la pereza, la malicia. So
éfonos. Sus padres estaban fuera de sí, llamando a todos sus amigos, i
sueño. Los encontraron en un pequeño y sórdido motel de paso en las afueras de la ciudad, conocido por ser un lugar de encu
parte aún est
mismo tiempo que la de Carlos. El padre de Laura, un hombre corpulento y de m
amenazas. Hubo vio
ura, agarró una silla de metal que estaba en el pasillo del motel. Sin decir una p
. La sangre brotó de su pierna rota. El caos estalló. La madre de Carlos
ngún lado por un buen tiempo. Su caída en espiral acababa