Amo Al Hombre Sin Sangre
que olía a antisépt
equeña ventana con barrotes. Estaba en una cama de hospital, o algo pareci
mi co
sación. La traici
b
susurré,
stía un traje impecable, ella un vestido caro que se
dijo Ricardo si
intentando levantarme, pero una p
tó una ri
ubo complicaciones. El
andonó mis
mí. "No,
de falsa compasión. "El doctor dijo que el shock fue d
o sentían nada.
lo en cada fibra de mi ser. Mi
eé, las lágrimas de rabia
a la cama. "La gente podría pensar que estás perdiendo l
el borde de la cam
dijo en voz baja, como si yo no estuviera
a miró, p
e sedantes. Sería una tragedia encima de otra. La pobre
eró de mí. Iban a matarme. Aquí
re mis manos, pero en realidad estaba obser
almente. "Hablaré con el director del sanat
, justo frente a mí, una d
ome sola con el eco de
ando el latido desesperado de mi propio corazón. Ten
a una mujer mayor, con ojos cansados pero amables.
ngí estar medio dormida, pero abr
usurré, mi v
ó y miró hacia la
l señor Ricardo... es muy poderoso. Pagó muc
do su mano. "Y se robaron a mi be
ojos. El miedo co
z apenas un murmullo. "Un niño sano. Lo sacaron anoche por l
fuerza que no sabía que t
a escapar," rogué.
y en su rostro
ancia es menor. Hay un montacargas de servicio al final del pasillo. Te lleva
uicida. Estaba débil, adolorida
ollocé, apre
su bolsillo y los puso bajo mi almohada. "No es mucho, pero te
e, se detuvo
lenó de tristeza. "Tengo que sedarte. Si no lo hago, sospecharán
ificio. Tenía que parecer u
.. te hará dormir profundamente. Pero también... podría detener el sangrado
sus palabra
e sacrificar la posibilidad de tener más hijos en el fu
barrotes, hacia un cie
fuera, solo. Nece
ción que me sorprendió a mí mism
ó la inyección. Sentí el pinchazo en mi brazo, y
la oscuridad forzada,
í ra
que quemaba más que
quitado todo. Mi arte, mi
e quitarí
recuperaría. Y
do como ellos había
na pr
que me