Amo Al Hombre Sin Sangre
ía brillante y l
s y bocetos, hoy estaba bañado por una
mi mano, las dos líneas rosas confirmaban
embar
r un hijo
o. Ricardo, el hombre que había transformado mi vida, el
ser una
entró, trayendo consigo el aroma caro de su lo
a, ¿qué haces
terciopelo, envo
la prueba detrás de mi espalda
peraba
aliento, como siempre. Luego, su mirada se volvió
s, unas que ca
uerza. ¿Acaso él tambi
" dije casi
sonrisa de un m
primero,
arece más
acia el sofá, su tact
brillando con ambición. "Y quiero que tus diseños sean la colección de
. Mi propia colección. Era to
cesito que firmes estos papeles. Es una formalidad, para que la galería sea dueña de los derechos come
o un fajo de papeles
r a los derechos de mis diseños... er
?" pregunté, mi v
mejilla. "Es por nosotros, por nuestro futuro. Con
alejado de mi familia, sí, pero él decía que era porque ellos, especialmente mi hermanastra Elena, no entendían nuestra conexión
cía, era por m
é en camino, nuestra uni
su mano. "Antes de firmar
embarazo de mi espa
pude descifrar, una sombra fugaz, casi como pánico. Pero desapare
dándome vueltas por el estudio. "¡Voy a ser papá!
ontagiada por su euforia. Todas m
segurar nuestro futuro," dijo, bajá
a y me la pu
r. Firma por n
o h
mi futuro, mi arte, mi alma. Porque lo amaba y confiaba en él c
a la mujer más afor
hicieron más intensos. Ricardo insistió en que me mud
s ya casi no me llamaban, dolidos por la forma en que Ricardo los había tratado la úl
scuché voces en el piso de abajo. La voz de Ricard
El
Ricardo decía que no la soport
sentimiento me empujaron hacia las escaleras. Me d
pecha nada?" decía Elena, co
dió Ricardo. Su voz era diferente, despectiva, cruel. "La tonta firmó cada pa
de un beso, un b
ago se r
eva dentro?" preguntó Elena. "No quiero
un contacto que nos ayudará a darlo en adopción a una pareja rica en el extranjero. Y a ella... la encerraremos en un
arecía bajo mis pies. Un
o pod
a una p
lena. "Finalmente tendré todo lo que ella siempre tuv
ente, mi amor. Ella solo fue
ude
gado escapó
enc
bajo se callar
eso?" susu
de la habitación, pero mis piernas no re
ndo la escalera sonaron co
mí, ya no había amor, solo u
aste, ¿
lágrimas corrían por mi
l brazo, con un
Sofía. Muy
do y terrible me atravesó el
edo... todo se convirtió en
irándome con desprecio, y a Elena detrás de
do se vol
erdido
rdido mi
unto de perd
lante, se había convertido en un lienzo negro y vac