El Precio de la Humillación
la del cajero, incapaz de
, la voz de Sylvia
surré. "El di
lo cogió, lo leyó dos veces
entido. Vamos a
temblaban tanto que casi s
o el vestido de tus sueños?", su
no está en la cuenta
otro lado. Un sile
o vi a mi madre hacer la transferencia. Debe
mo. Lo he comprobado.
Lo hablaré con mi madre
nó en mi cabeza, pero me sentía de todo menos tranquila. Me sentía hu
imo me recibió con su sonrisa ambigua de siempre. Máxi
dijo su madre, sirviéndose una copa de vino. "El dinero
edé h
emana sin que ni siquiera te hayas dado cuenta?
iene sus gastos. Quizás te emocionaste un poco
as compras online, reservaste algo para la luna de
mando ladrona o, en el mejor de los casos, una manirrota descontrolada. Un
ese dinero", dije,
e de Máximo dejó su copa. "Bueno, si tú lo