Lina: La Curandera Que Renació de la Traición
s a
re al que salvé y ayudé a convertirse en el líder más pod
mis hermanos, mis tíos, mi
para regar las bugan
olanda, la hermana de
as flores no eran lo suficientemente rojas
l hombre por el que mi gente lo a
del parto de nuestro hijo. Tessa, mi leal asistente, entró
el pueblo. Hombres
rase. Se derrumbó en
é levantarme, pero un dolor
, la puerta se
sola arruga. Detrás de él, Yolanda se aferraba a
", le pregunté,
fríos, sin rastro del am
a. Te dije que no m
é tiene que ver e
ra... perturban el descanso de mi hermana. Máximo solo e
ue lo negara, que dijera q
solo a
hubieras asustado con tus rituales de brujería hace años,
o de
eza. Le debíamos la muerte
nté, con un hilo de voz.
ro. "Oh, el bebé... Su sangre era justo lo que las buganvillas nece
aire se escapó de mis pulmones. El dolor en mi vientre
é. Mi
per
a y me agarró de la barbi
uirás siendo mi esposa. Pero a partir de
habitación con Yolanda, dejándome s