. Por un momento, pensé que todo había sido un
nfirmó que había sido real. Muy real. Sí q
añana. Tenía que levantarme y en
blusa abotonada hasta el cuello y me recogí el cabello en una trenza
ces en la cocina. Mis padres y Samuel
iba a mirarlo después
lo vi: Samuel salía del baño con una expresión indescifrable. Nuestr
e dijo. Su voz sonaba
muré, pegándome a la p
apoyándome contra ella. Mi corazó
da cayó sobre el
bía enterrado en el fondo de una pila de papel higiénico est
aterrorizada-.
do la cantidad de papel estrujada y desperdiciada, lo había sacado, lo
arme la cara. Iba a contárselo a mis padres. Me
mi madre me sobresa
, intentando que mi
uel estaba simplemente sentado, tomando café y conversando con mi padre
s café a tu tío -
a Samuel, sentí su mirada intensa sobre mí, pero no dijo
Me inventé tareas, estudios, llamadas telefónic
mos sentados a la mesa, como la noche anterior. Solo que aho
e -comentó Samuel, mirándome fij
n sus exámenes -le
onrió le
-dijo, pero tan bajo que
Tosí violentamente, y mi madre me
s bien
olo se me fue
da acusatoria, como había temido. Era algo más...
reaccionando a esa mirada. Sentía el calor entre mis pi
un retiro espiritual para jóvenes -me d
irió ese tono bajo y controlado que hacía que mi estómago se encog
s mejill
tiempo con los
lma -insistió Samuel-. Especialmente pa
hí estaban sus ojos, oscuros y penetrantes. No me acusaba, no me juzgaba. Pa
platos solo para escapar de su presencia. Mis padr
da por la tensión. Necesitaba rezar, ordenar mi
siempre estaba en la mesita de noche, estaba ahora sobre mi almohada. Me acerqué
apel cayó sobre las sábanas. Lo recogí y leí la
cuerpo. Pero n
hacía falta: sabía perfecta
Debería estar aterrorizada. Debería estar rezan
o lo e
ía estado haciendo, lo que tanto placer me daba y lo que tanta culpa me g
¿Era eso lo q
palda, pero no era de miedo. O
raciones esa noche no pedían perdón ni fortaleza para resistir la tentación. Por primera
. Sabía que ya había tomado