Una Madre sin Nada que Perder
uciana, la puerta de la sala d
es enormes con trajes caros. No miró a mi hija
su padre, con una expresión de suficiencia en
esprecio. Sacó un fajo de billetes de su bolsillo y lo ar
gastos. Un pequeño malentendido
lo miré a él. La rabia
temblando de furia. "¿Mire a mi hij
ni se
," dijo con indiferencia. "Tome el dinero y olvide el asun
aza era
mpujando los billetes al suelo. "Quier
reció. Hizo un gesto con la cab
ccionar, me abofeteó con tanta fuerza que caí al s
Ma
ciana fue un s
rancándose las vías intravenosas del brazo. La
atando de interponerse ent
rzo. Se tambaleó, sus ojos se pusieron en blanc
ité, arrastrán
traron corriendo. El caos s
fría. Se ajustó la corbata, se dio la vuelta y sa
" dijo por encima del hom