Una Madre sin Nada que Perder
ños desde que mi esposo, un teniente de
con nuestra hija Luciana, que aún no había nacido
ana eran todo lo q
ercado de Oaxaca. El dinero era escaso, pero crié a Luciana con dignidad. Ella era
, con pintar murales como los grand
se convirtió en
or el premio de arte que Luciana acababa de gan
ciana... tuvo un accidente.
ector sonaba v
on el corazón martil
ro, normalmente tan lleno de vida, estaba pálido y cubierto de mo
apenas audible. "Me duel
pero solo logró
ién te hizo esto?" le pr
un esfuerzo. "Ella y sus amigos. Estaban enojados por el concurs
s ojos y se mezclaron con l
... sabía a tierra, a suciedad. Me golp
en mil pedazos. El olor a alcohol barato y
zar. El hombre más ric
ple pelea de adolescentes. Es