La posesión del mafioso
VALE
o, lo supo d
r sirviendo tragos en un m
de su clan. Bajo s
sa mezcla casi insultante
ira así cuando las ba
ueve con la preci
tres hombres armados en el sue
Demasiado preciso.
mbre..
ese mundo de copa
ervándolo desde el interior de su
tugurio con una fachada rot
de lo que estaba d
carraspeó
para qu
e hacia él, con una sonrisa la
ir. Para matar
los esquemas. Tod
regó una carpeta. E
ormación académica básica. No hay registros de entrenamiento m
co
rra
entre rumores
estado. Nadie pregunta
despegar la vista de la fachada del bar-. Y a
a que sea un
desp
cupaba. Le
a mucho más
ar con él. P
os muchachos. Está en c
su expresión. Luego, miró
io s
jeans gastados,
que nada
a que todos los oj
iera que ya hab
atrevió a nega
te Va
costumbrado
los n
mente no de h
"no" en un "sí" -mu
ndo lo
verlo de
arrogante borra
za, algo dentro de él s
por prim
si hablaba
e d
lo vio
l. Fue una elección. Noah caminaba como quien sabía que era observado, pero no se inmutaba por ell
ra alguien que dice
miedo en sus ojos. Al contrario, se p
ntó con media sonrisa
a palabra de ese hombre era una prueba. Una prov
respondió con ca
estar pr
seguir fingiendo que
ula le bastó a Dante para confirmar lo que ya sospech
ó con un encogimiento de hombros-
omo una sombra noble y peligrosa. No tenía intenció
a oportunidad. -Su voz er
omo si ya cono
ni clan, ni... club de hombres poderoso
a esa resistencia. Era
go que no ti
os, esa chispa de desa
a obli
e desinterés. Luego volvió a posar la mirada en él, con
rables, Noah. Tú no pareces temer por
nombre no dicho flotando entre
e atr
el tono-. Lara parece una chica simpática. Dulce. Me caería bien, segura
pes. Solo una mirada. Dos voluntades
edió un paso
l anochecer par
la que se firman pactos invisibles, y desapareció entre el r
eder. Porque
ciera, sería co
ianoch
a pólvora, madera quema
l suelo, rastros del caos que se
argo, allí
la barra con una copa inta
errado, al menos
do de "Cerrado por reparaciones", pero los hom
les per
do ya les p
. Dante no parecía incómodo; al contrario, encajaba con una perfección
aso entre los d
era
mbre que espera
asos lo hizo a
o
ón menos relajada que de costumbre, apareció desde el fondo del local. Había estado lim
ró Noah, sin ocultar
como si observara una o
tre -comentó con tono neutr
ó por l
s de decoración o a proba
espondió Dante, sin dejar espaci
o -cortó Noah, con
miné de
ecía intimidado. Solo cansado. Tal ve
que eres un simple bartender. Que tus manos no están hechas para otra cosa más que s
es nada
lo que tú
recerró
odo el bar. Se acercó con calma, como un depredador
s limpios. Sin errores. Sin familia. Sin testigos. Ese tipo
í, elegí
te esco
enc
él. No agresivo. No apresura
ible-. Podrías seguir diciendo que no. Pero entonce
Noah se os
s una a
e so
una adve
erior de su chaqueta y sacó una
a
trada del edificio
e daño. Pero no suelo dejar cabos sueltos
e quedó en silencio por
exactamente? -
l vaso como
tres a
ntari
dita sonrisa
in e
oliendo a humo
edio del desastre del bar, como si l
arcaba las
la ciud
empo se tensaba
da actitud suya -despreocupada, sarcástica, casi b
... menos a D
rque entraste con una sonrisa de villano y
su mano dentro del bolsillo y sacó una
alla cob
n. Nítida. Tens
a
de palomitas en el regazo, viendo una serie t
a eso lo i
. A la distancia, una mirilla roja vibraba
re los ojo
su voz perdiendo por un
el rostro
toy pre
. No había caos
to. El tipo que no
añadió, con voz baja-. Si pestañ
so al frente.
atrev
vidad-. No quiero tu miedo, Reyes. Quiero tu talento. Tu enfoque. E
parecía tan impermeable. Su mandíbula est
lo s
te
ue ver -dijo Noah fin
qué sigue siend
uidado, como si se tratara d
hasta quedar a centímetros de Noah-. So
ue helaría a cualqu
as 10. Hotel Alighieri
ó, sin esper
se alejaban, sabía
r la f
a amenaza
hora Noah Reye
do, bien
ejor de l