La posesión del mafioso
E VA
me. No cuando hay
e paz. En un callejón al sur de la ciudad, dos autos de lujo esperaban con los motores encend
o el apellido Valenti estaba de p
rialdad podría resumirse en
ios, alianzas y sangre, Dante no solo camina c
gen tener el control, él es e
Intocable. I
ta vez. - dijo con su
Exclaman los ho
urante al cual fue citado para lle
es iluminaban las paredes de madera pulida, y el aroma d
or guardaespaldas discretamente armados. Eran miembros del cl
ndeaba con cada paso. No se quitó los guantes ni saludó de inmediato. Solo
rzada-. Qué gusto verte en persona. Ya sabes lo que dicen: m
entó con calma, cruzando una pierna
bestia y se disfraza de caballero -contestó fi
que tiembla. El segundo More
mos hablar de negocios... Repartir
edes mataron a uno de los míos la semana pasada. Dejaron su cuerpo
los, más serio-. Un fuego cruzado.
nte, levantándose lentamente-. Que no
ad que se extendía como un tablero de ajedrez. Lue
uán valientes eran para pedirme p
disimuladamente la mano hacia su chaqueta. Da
o. Y vino de afuera, desde un francotirador
daespaldas cayó si
io abs
a puerta, sin molest
espaldas-. La próxima vez que se acerquen
sa
O
detrás de la barra y ya había l
, sino porque odiaba mirar
ciente para tener ruido, pero no ca
asos que chocaban. Un lugar escondido entre calles angostas, donde los pod
o de clientela
gó a la barra y de inmediato una
la garganta directo, como anoche? -preguntó Noah, c
do rojo, se rió entre dientes
es. Eres más peligro
él, guiñándole un ojo mientras
a Noah
ador, y con esa forma de mirar que hacía que uno ol
r esta semana -comentó Lara desde
r la autoestima nacional a punta de tr
s para ti
la puerta del
biente..
era, sino porque entró como si el lugar l
e Va
e negro.
, barba perfectamente deline
Solo observó. Y eso bastó para que
las esquinas más os
ah se acercó, con una ceja a
o sí whisky que hace ol
ró. Apenas
pero
lo. -dijo al fi
l corazón -murmuró Noah
ante, sus man
cial. Nada
te para que Da
durante las siguientes dos
a. Escuch
Más de lo que
o notarlo. Pe
mo un pulso le
nces,
se abrió
n delicadezas. Sin intenci
beber. Ven
apuntando directamente al r
en gritos. Mesas ca
achó, ya sac
cuando Noah s
ubiera hecho
ientras lanzaba una botella
. Preciso. No c
guien en
l pecho. Desarmó al segundo con una llave lim
s. Dos hombre
esde su cobertu
zó un cuchillo de cocina -que nadie sabía que
Noah entre jadeos- ¡Ni s
en silencio. Solo los jadeos, las sirenas lej
una ceja sangrando, se
-bromeó, respirando hondo-
vez... Dante V
una sonris
a de ver algo que no esperaba.
nas se a
seguían tirados en el suelo, otros ya se marchaban mu
os... Dante camin
ceja con una servilleta. Ni s
o Dante, deteniéndose
arlo, con voz tranquila-. Aunque no
rendiste a
uTu
runció
in, con una media s
ya hice mi buena acción del día. ¿Estamos? Así que si me vas a dar las gracias o a de
un paso
a sombra que caía lenta y
te las gracias. Qui
o
dir las cosa
ó. Esta vez
repetir lo qu
otro, como si tratara de entender por qué un simple bart
ún más cerca-. No eres lo que aparentas. Alguien con tus r
do -respondió Noah, ahora más serio-. Per
ién
, dejando caer la servilleta ensangrentada-. Y qu
eres, aunqu
, pero s
ertijos, o solo cuando
rgo momento. Después sacó una tarjeta negr
o cambies de opinión, s
arla -murmuró Noah, sin
te ya se
egancia con la q
mirar
í lo siguió c
edo. No po
en él lo desconcer