Mi Guardaespaldas, Mi Verdugo
a las afueras de la Ciudad de México,
nsado
levantó la vista de
ñol en coma, el de los
ltar el vaso. Un alivio mal
i sonrisa no l
ciones," continu
de euros del fideicomiso de mi mad
guardaespaldas personal, Alejandro de la Vega, será
alma por salvar a Camila de ese
su voz ronca
i habitación, el recuerdo de
s a
ndo a Alejand
ada de profesionalismo con coqueteo
odo se
n. Su voz, usualmente tan controlada, sona
a Vega," confesó con una risa. "Esta cham
zón se
uó. "A Camila. Es un ángel. Tuve que enc
habló
imada y vulgar. No vale ni
un golpe físico. Me apoyé
El momento en que
ja. Mi madre acababa de morir. Yo era una adolesce
asignado com
ia silenciosa. Un hombre guapo y f
empecé a verlo com
mis clases, de los libros que leía. Él solo asen
con una fuerza increíble, su mano en mi brazo.
surré, miránd
espondió, soltándome al inst
a humillación silenciosa. Pero seguí intentand
tont
tuvo disponible. Pertenecía a una i
e un obstáculo mol
elta atrás. Me iría lejos de él, lejos