icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Mi Amante Secreto El CEO

Capítulo 4 La esposa del jefe.

Palabras:1540    |    Actualizado en: 16/06/2025

a Or

s hacía en

laje denso y pegajoso que parecía tragarse la luz, es

lo, por necedad... po

pareja enamorada en retiro romántico. La misma que ronron

es

pa

cont

n una arranque de ira y necesidad de joder a mi padre, me pareció buena

. Se creyó que era la nueva señora del heredero, que su nombre se pronunciaría en

el anzuelo de su cue

sé cómo sacárm

incesa no es

bien qué h

e tiene pruebas. Y lo peor: la maldita prensa ama los escándalos sobre mí

ambié de

rla de mi vida

hacer que ell

e dese

no es más que un hombre podrido por dentro, sin fo

asquee. Que me desprecie

stigarla, pero creo que terminé castigándome

n malo en este mald

pat

osa de

ios en punta y la imaginación desatada. Debía ser más joven que y

ropa, era una provocación en seda. Desde que la vi, una

in sentir eso. Luju

ibió con una mueca de desdén, supe q

a. Recordé a los empleados de mi padre y cómo los trataba yo, desdeñoso, ca

go, esa muj

ría ante su teatralidad de reina venida a menos, pero me tragué las ganas. Si

ue no me importaría repetir. Mientras la imaginaba desnudándose lentamente, esa mente retorcida que me acompaña me ju

n detalle:

gu

en ho

le... y compl

resó. La muy altanera no se dignó

s, claro, con buen vino y forzada cortesía. Cuando al fin nos retiramos,

habían asignado para pasar es

r aquí, entre mosquitos y calor, jugando al obre

lo haré solo porque a mi queridísima esposa se le dé la regalada gana. Además, no entiendo tu afán. Mi padre d

me hace hervir la sangre. No por lo que dice, sino por lo que no dice. Por

cama, boca abajo. Sabía lo que hacía. Su trasero respingón quedó perfec

ado contra la puerta, sintiéndome como un prision

una sonrisa ácida-. Perfecto para seducir

te, casi como un c

ra

último que quería era fingir cortesía ante la mesa servida, mucho meno

misma frente al espejo, lo único que tengo claro es que debo mantenerme lejos de ese capataz. Si no quiero traicionar

en la mesa. Fue de muy mala educación, bastante desagradable -me reclamó Migu

r su tono seco, más aún por

sin consultarme nada? ¿Sin siquiera considerar mi opinión sobr

sera, enfocarme sólo en lo que sentía me hizo olvidar lo que era correcto. Pero

Después de lo que me dijiste esta tarde, volví a contactar a Pablo. Él me aseguró que son personas d

que no me siento conforme con tener a dos desconocidos durmiendo bajo nuestro t

espalda, buscando una distancia simbólica,

¿Que les pida que se marchen después de haberles ofrecido

e d

el nunca me

me importaba su orgullo, ni su reputación, ni lo que había prometido. Per

rmiso. No eran de tristeza s

e me abrazara como cada noche, que me acariciara el cabello y m

ronquidos e

y

r y al mismo tiempo od

todo, me levanté. Fui a la cocina por un vaso de agua. Tal vez, si

a en el pecho. No era miedo. Era algo más visceral, una in

al llegar al final

ido ex

hill

gemido? ¿Una

uve en

o me recorri

nto a la entrada de la cocina. Quería

é en ese instante, fue sufic

Obtenga su bonus en la App

Abrir