De anal a orgía
o sucedía nada. Entonces una oleada de contracciones recorrió mi clítoris, y mi entrepierna exhaló u
eran firmes y fríos, pero en cuanto rozaron mi piel, se ablandaron, se caldearon, se
a tocar mi cuerpo. Me moría de ve
en mi trasero: cálidos, suaves, tiernos. Pronto los cuatro me besa
tible. ¡Cuán maravillosos eran esos tocamientos! ¡Qué hermosos
. Al principio también estaban frías y rígidas, pero ensegu
mi espalda, mis nalgas. Y unos l
a, ese fue mi instante. ¡Qué... mmmmmm... dicha! Inde
urecieron y apretaron mis hombros con fuerza. Al mismo tiempo, sentí junto a mi costado otro cuerpo que
e dónde ha salido? - preguntó el profes
nya - contestó P
follaré con gusto! - el hombre no tenía prisa
mbros con tal fuerza que me costaba respirar. En mi posición, cualquier cosa podía
estaba listo para abrirme un agujero. Pensé que era genial follar con u
ción. Listísima para rogarle qu
desde el sacro hasta la nuca. Después siguieron los labios. ¿O los dientes? Me b
veía porque seguía cubierta por las toallas, pero oía los húm
sus manos se desliza
mente. Noté aquel roce, sentí su electricidad recorriendo mi c
lló tras de mí. Al instante
a hacerme esto? ¡Se coge la costumbre rápid
explosión de indignación y
dos se habían posado en mi ano. Eran suaves, eran ti
as rodillas. Apretaron. Se quedaron quietas. Y luego
uslo hacia arriba y rozó
ra... esto era tan... ¡Mi cuerpo
s vaginales y empezaron a pellizcarlos, suavemente, sin
a, aquella mano avanzó y acarició mi clítoris... ¿Qu
sando mis nalgas a turno, unos dientes mordisqueándome la piel, una lengu
de mí, se encendía cada vez más. Su mano retiró el capuchón del clítoris; sus de
Mientras tanto sus dedos seguían frotando aquel
alda e intentaba deslizar la mano b
ló entre las nalgas. Sus dedos tocaron el
suaves en mi clítoris, pero ahora solo pe
ias, de cómo el dedo del profesor acariciaba mi ag
lítoris. Se fue su dedo del anillo anal. Desaparecieron los labios,
nte? - pregunt
ondió uno d
la chica por el culo s
gel de
Luego picará un poco dentro, pero mejor e
paró mis nalgas,
untó mi agujerito con el gel. Lu
no... El esfínter interno se apretó con más fuerza, y el dedo chocó contr