De anal a orgía

dí el conocimiento ante el frenético caleidoscopio de hilos de placer penetrantes que me sacudían hast

a de su polla y me colocó con cuidado de espaldas sobre la mesa. Mi pecho subía y

anto tiempo deseando, que era feliz. Y aquello se sen

ún no podía creer lo que había sucedido, ¡y y

Iván Pávlovich para que te contrate - dijo el hombre, s

- ¡Me ha encantado, nunc

esperanza de que volviera a pasar algo entre nosotros. Pero

y cómo Ílya me tocaba, y luego le dije que entre nosotros t

e haberle confesado tod

mojada, apenas empezaba a secarme, y de pronto sent

a. - Les he contado a los chicos que

rité, palideciendo y cu

no de ellos con aire triunfal. Un terror salvaje me recorrió; sabía

ron hacia la mesa de toallas; caí sin fuerzas boca abajo sobre ella, golpeándome el vientre contra el borde, deslizándome con la nariz por la

ias y secas; si no, habría pasado

dos a ambos lados sobre la mesa. Piernas abiertas,

a. En la ducha hacía calor, así que no me helaría. Inte

cho la última para que nadie me moleste; me gusta alarg

vestuarios y los gimnasios, pero

llara el culito! - dijo Pashka, victori

sté. - ¡Además no aguantas ni t

tadas, y Pashka me dio u

vas a ver lo que es agu

tres. Pero decidí no entrar en pánico. Como dicen, si te

a del vestuario abrirse. ¡Dentro de mí saltó la esperanza! Se

tamente desnuda. La toalla con la que me secaba estaba debajo de mí, y aquello me aliv

l pecho sobre la mesa, la cabeza enterrada bajo un montón de toallas y el culo al aire. Aquellas imágenes las había visto en

ntro. Entonces s

zó a tocarme

lo que cree...! - escuché

orísovich! ¡Nuestro

pánico. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué

írculo. Tiene un buen culito. No levantaré escándalo si me d

frío recorrer

o detrás de mí, manoseándome las nalg

le introduciendo su polla en mí hizo que me picara el culito y que mi entre

que la excitación se volvía imparable. Era como si a mi cuerpo solo le f

lo ridículo de la situ

pero ¿entenderían el profesor y Pasha con sus amigos que

dio un paso

ezones se pusieron de punta. Em

trado, ¡ya quiere! - excla