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De anal a orgía

Capítulo 5 Lección de biología con mi trasero

Palabras:1121    |    Actualizado en: 13/06/2025

na y otra vez intentaba vencer el e

íktorovich. El profesor era más tosco y tenía prisa. Y el gel de ducha realmente provocaba irritación y picor; quería que el hombre

uego movió el dedo dentro de mí. Lo flexionaba, lo extendí

un ejemplo vivo - dijo el profesor. - Siempre hay que desa

e mis nalgas: secas y resbaladizas por el gel. Las manos rodearon mis m

u polla dura y cal

presionó la cabeza de su verga contra mi trasero.

gimió. - ¡Apretadito, como me gust

erio retorcer los ojos de placer, y

o te pongas tensa - dijo dán

o duro y voluminoso abría mi ano. Un pinchazo de dolor recorrió mi r

más. Su verga no era tan larga como la de Ílya Víktorovic

es, rozaba algo en lo más profundo de mi cuerpo, como bajo el propio coraz

quel cilindro dentro de mí raspaba de modo doloroso. La sensación se

uele! -

soltaron mis muslos ni un instante. Sentía el calor de su cuerpo. E

rme. ¡Qué diámet

e, como si no tuviera fin. ¡Qué monstruo me había tocado! Y aquel monstruo me embestía con su te

sabía si era normal. Con Ílya me gustó enseguida

rdaba, pero me daba vergüenza masturbarme. No allí, ante los

apenas noté cuando su

haberme llenado por completo. Él se detuvo, pero mi clítori

reacción de mi cuerpo. Una tormenta de hormonas me sacudía. Mi sistema nervioso disparaba impulsos sin cesar.

el profesor reempre

enía una verga normal y corriente. Imaginé cómo ha

se hicieron rítmicos. Me e

cuerpo empezó a moverse solo, a la

enta fricciones por minuto, cavaba dentro de mí, estirando mi intestino hasta el límite y buscando cada

movimiento, ejerciendo un dolor suave en mi hen

na! - susurró un amig

e encendía! - se qu

me ensartaba más y más

Qué sinfonía de sensaciones inundaba mi cuerp

ad. Me martillaba, literalmen

a y otra vez. Se abalanzaba sobre mí.

!... ¡A

? ¿Era yo quien los producía?

uedó quieto, con su polla enterrada

nte y sufrí otro shock. Esta vez por lo que él no hacía. Me f

dos de forma casi convu

re suspiró ronco, se apoyó con todo su peso y empezó a balancears

vimientos dentro de mí, de adelante atrás. Ya no con la misma amplitud ni fuerza, pero aún transmitía

e desplomó sobre mí. Su

mi cuello, pero no me besó. Simplemente yació sobre mí, y yo notaba cada

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