Eloah: entre la vida y la muerte
del
or, recalentada y faltándole unos trozos... Sentí que
po, mirándome de reojo. Y yo no sabía si eso me
ó a hacer comentarios in
s? -había dicho con una sonrisa descarada mientras yo le lan
se levantó para lavar lo
nes que
ees? -respondió con ese tono bajo y c
los platos, mientras yo comenzaba a lidiar con el
, demasiado para este lugar. Cada uno de sus movimientos parecía
era en que encajaba, o más b
pero la idea de que durmiera b
Fernanda desde el sofá, con las piernas cruzadas y una mano apoyada e
l que hacer? -le respond
tizante antes de que le pongas las sábanas. No querr
rca, pero ella se desvaneció justo a t
l armario donde guard
pero tampoco puedo confiar
entando, en todo momento, convencerme
o evitaba mirarme por demasiado tiempo, me hac
Zeiren estaba de pie jun
ñalando hacia el interior-. Hay toall
cil de leer, y parecía más concentrado en evaluar
después de una intensa evaluación, su
todavía tenía algo de la ropa de D
era
rmano. A pesar de todo lo que había pasado, no había tirado ningun
ntalones deportivos. No era
tendí la ropa sin m
ebería
de que se diera la vuelta
sofá. Extendí las sábanas con movimientos rápidos, trat
a y usé el maldito aromatizante, aunque por d
a, apareciendo de la nada con una sonri
urmuré, intentando no
si me lo preguntas, hay algo en él que no e
a sentido lo mismo que mi amiga, Zeiren tenía algo que... me intriga
vía húmedo y la camiseta negra ajustándose
-dije, señalando e
l sofá y
s... ot
n saber qu
por la noche, yo me giré para apagar las luces.
oah
e nombre me estaba llamando a mí,
Qu
irada por un segun
as no
saliva, sintiendo una ex
gando la luz y dejando que la
él. En sus ojos, en su tono de voz, en la forma en q
tando y yo creyéndome
todo, solo tenía una certe
mi mente. El vapor comenzó a envolverme a
r, necesitaba esto para borrar part
rrando los ojos. Dejé escapar otro suspi
ir
s azules que parecían leer cada pensamiento que intentaba oc
intentando apart
que algo temporal. Mañana ya no estar
pensaba, otra voz en mi
e suave me hizo abri
sido la
ía cayendo sobre cuer
de la puerta entreabierta, mirándome
n su expresión me detuvo. No había lujuria e
no entendía, algo que le fascinaba y le aterraba
-pregunté con mi
n paso adelante, entra
mir -dijo con
mis ojos de él. Estaba solo con
s aquí. -Intenté sonar firme
o p
ara y se paró a centímetros de mí. Sentía cómo el c
admitió en voz baja y grave
disfrutar de las sensaciones q
tocarme. Pero se detuvo a medio cam
deli
izo que mis ojos se cerraran. La humedad que sentí en mi entrepie
tocara mi rostro. Un roce que envió una
ería apartarme. Pero cada fibra d
que realmente no importaba. Nada