Eloah: entre la vida y la muerte
del
golpeando contra la par
mírez entrar como un desquiciado, se
su voz cargada de confu
Qué el hombre que debía estar muerto se despertó, me besó como si fuera el
que eso sonar
an, esa sensación de compartir energía vital... en cuanto me di cuenta esa vez, cort
do me levanté de la mesa, tuve que taparme el pantalón con la
as mientras mi cerebro trataba de encontrar algo que
ue? -exclamó, mirando
n como si esperara que el hombre
mbros, tratando de
mente... despertó
as, y uno de ellos ya estaba hablando por radi
? -preguntó, con un to
rápidamente, pero algo en mi
-dijo, señala
mi rostro. Sentí un ardor, como si algo
guntó, sus ojos lle
abeza con dema
. no fue nada
le había dicho. Solo dejó escapar un suspiro p
. Deja que nosotros no
de asegurarle que estaba bi
anzó me dijo que ni siq
a la salida. Sentí las miradas de los guardia
a mí en cuanto crucé l
s caminaba rápidamente por la acera-. ¿Qué fue eso, Cor
ea -murmuré,
para caminar de espaldas, mirándome directamente a los ojos-. Porque no todos los dí
ros asistentes del hospital-. No fue un be
os en un gesto dramático-. Si no fuera porque prác
niéndome en seco. Ella me m
-dijo, pasando la mano por su boca, com
abía desaparecido mientras me
escaleras desganada. Apenas llegué a m
del baboso, infeliz,. prom
o, conteniendo las ganas de lanzarme
amor -respondió con un ton
s nada de
í. Es tu cum
ntí que el enojo burbujeaba dentro de mí-. No tienes derecho a estar aquí, imbécil, maja
ando un paso hacia mí-. No f
o. Mi pacie
rente a él-. Un error es tropezarte con una silla o equivocarte de
co, y me di cuenta de que esta
a voz. Su tono se volvió más agresivo-. Tú tampoco eres n
sin filtro-. ¡Eres un maldito prostituto! ¡Si al menos hubieras tenido la
rabia-. Por eso nadie te soporta, ¿sabías? Ni tu familia, ni t
cto en el corazón, pero no me
onrisa amarga-. Gracias por venir, pero
o hacia mí. Vi en sus ojos que estaba a punto de golpear
i sexy, su torso desnudo y cubierto de cicatrices
frente a nosotros. Me tomo unos segundos detallar cada músculo hasta la v que se formab
tienes a otro tipo viviendo c
paciencia se romp
. ¿Quién carajos crees que eres para insultarme o reclamarme algo? ¡Tú fu
y estaba frente a Juan, agarrándolo por el cuello y levan
pero cargada de una amenaza que hizo q
mientras sus manos intentaban soltar el
os...? -balbuceó, su
s azules perforándolo como si pu
tono tan gélido que hasta el aire pareció congelarse-, te prom
ntervine, colocando
rada de lo que quería,
che recogiendo los pedaz
e, pensé que iba a ignorarme. Pero algo en mi mirada d
llevándose las manos al cuello mientr
-logró decir entre jadeos antes de
sillo, pero mi atención volvió i
ces en mi apartam
mirándolo con los
s de morderse e
gradecerte p
etrás de mí, su voz
interesante. ¿Es un zombi, un
cla de frustración y agotamien
állate,