El pecado de Afrodita (Ceo, amor, pasión, erótico, millonario CEO)
ítu
JONES HAC
ande. La furia lo dominó y su asqueroso rostro que tanto recordaba y me daba pesadillas por la noche, me hicieron se
é gritar a Jame
ogaba que tuviera alcohol y comencé a ingerirla descarad
usca de un baño en el cual refugiarme. Encontré lo que parecía uno y abrí la puerta d
jo, ahogando gemidos mientras un joven de unos veinticinco años, moreno y de gran contextura física, le levantaba el
irada hacía mí, con l
lamé, con las mejillas ardiéndome
e escuché decir a la madre de
iarme y así poder calmarme. Piensa en mariposas y no en la vieja en la que e
a toda velocidad que no logra alcanzarme por más que grite mi nomb
na gran fortuna. No sabía que él as
barrio privado está desierta. No hay un alma y el silencio es algo
huir de
o a llorar. No puedo evitar romper en llan
cerrando los ojos y sintiendo como mi cabello se pegaba
Al
trás de mí me prov
vencida con mi pedido, pero sólo mi t
viado por encontrarme. Limpio las manos con el dorso d
abre l
James -inquirí, llevándome las manos
mi lado y puedo percibir que está mirándo
dentro? ¿Por qué saliste corriendo
qué. Sinceramente desconozco mi estado de ánimo com
l necesita un
ás prestigiadas de Seattle, del cual renuncié. Es el que me ma
la. El rostro se le desfiguró, se echa haci
cab
humillarlo y que casi recibe una demanda? -la voz
voz temblorosa y al borde de las lágrimas-. Se te mete en la cabeza con sus crueles palabras, ¡tanto que llegas a creérte
r. Me temblaba el cuerpo como si hiciera frio en aquella calle vacía, el
é, des
e los hijos se ponen del lado de sus padres por más situac
er una vida mejor había sido eliminada por tu co
algún punto del aire libre-, y una vez fue tan fuerte el golpe que caí por las escaleras que viste allí adentro. Mi madre no estaba, cuando regr
ubiese costado hacerlo. No podía imaginarme cómo Garicia podía herir a alguie
o y lo abrazo. Era extraño estar allí, en esa calle que
on su local en esa calle, ya que todos los empleados renunciaron y ahora él tiene una mala imagen. Tiene en su total
sensación de satisfacción que alguien me hubiese dado
rraron
te, James? -le pregunté, apa
era tan cariñosa y apegada
trabajo y nos concentramos
vamos entend
en la piel. Me tomó de la mano y me ayuda a levantarme. Tan caballeroso como siempre. Sus ojos color
aquella fiesta y nos largamos ¿es
aba a mi lado, pod
las escaleras con un cierto asco dirigido a mí. Fue de lo más incómodo c
tiguo que se ha visto. La próxima bu
tidiado por su comentario tan fuera de
¡Nosot
ñora-lo interrumpí, entrelazando mi mano con l
frente, atrasándon
modo de protesta-. No luego de lo que me ha contado tu padre. Por culpa de
osas se hablaban a puertas cerradas, sin embargo, había logrado que
vos para hacer semej
! -le gritó la viej
erme la cara. Tampoco te
s, furioso-Querían que traiga a una, insistieron como best
nde veo un manjar para muchos invitados bajo un mantel blanco. El único recuerd
as personas continuaban ajenas al asunto, disfrutando de la música clásica que sonaba, charla
caro de presentarte aq
encontrándome con
-musité, tomando otra copa para bajar
, haciéndome sentir su perfume agrio, asqueroso. Quise
a llegarás a nada, arrastrada y caza fort
champagne en el pecho, empapando co
de la mierda! -lloré,
do, mirando su pecho empapando y el enfado lo invadió de tal manera que cuando vi que estuvo por lev
triple de g
con los dientes apretados y co
e de su hijo y lo mira, e
andeja de bocadillos al paso y una botella ce
levantada y con una ceja arqueada, disfrutando