Sombras de obediencia

lo habitual en pr

instrucciones. Solo una nota co

ogido, ropa interior, ningu

to le recordaba que estaba desnuda bajo la tela, y eso la hacía sentir simultáneamente expuesta y poderosa. Se ma

unto, una limus

ofreció una copa de v

endió frente a una mansión de fachada clásica, iluminada por antorchas

lemente vestido con un traj

ella supo que estaba siendo

e gusta -dijo él,

na mesa para dos, impecablemente montada con velas, cristale

orio público, pero sigues siendo mía.-

iva y asintió.

egunte algo. No cruzarás las piernas y seguirás t

.--- respo

e el cuello con los dedos, un s

lancos. Nadie parecía sorprenderse de su actitud hacia Elena. Era

un plato de entrad

aba con atención

nas -ordenó en voz

vestido se deslizó apenas, y la sensación d

olo alzó su copa.-E

ción, Señor.---

---- preg

.--- respo

por el borde de su

miró.-¿

,---- preg

ente entre sus muslos y encontró la humedad inmediata.Cerr

s, quiero que me mi

sin cambiar la expresión del rostro. La situación la encendía, la absurd

a la mano.---

.--- respo

, en sus dedos brillaba e

illeta de tela, --- no, Lí

obed

platos y sirvió el plato fuerte

mirada rozaba sus pechos

u carne con movi

rte ahora mismo, Dulzu

ñor,--- res

nas. Follar tu boca hasta que llores, y lue

jo ella, jadea

haré.----

- pregun

erás otra forma de obe

n era otra fo

su humedad crecer, jun

vino el postre, un mousse

charada y la llevó

--- orde

dulce contrastó con el

os pasó por sus labios, manch

-- volvió a

d, el juego era cada ve

idad la

n, Dorian se pus

or oscuro hasta una bi

erta y la empujó

sidad brutal, con la

la v

ed, no te muevas

l subió el vestido sus dedos la

qué delicia ere

la penetró

húmedo,

claban con el cru

, donde sea.--- dijo

- respondió E

gó al orgasmo, un est

hasta que su cuer

a ayudó a

limita al placer, se demuestr

do -susurró Elena,

iendo bien.---

ó los ojos.En sus labios aún ardía el beso d

su al

e volver a

reguntaba asimismo, una mujer que se deja llevar p

a por su cuerpo, aún sentía en sus caderas las manos de Dorian, es

cuenta sus manos viajaban hasta su intim