Sombras de obediencia

que Dorian la ató por primera vez. Desde que descubrió que podía correrse

ía tran

era

bri

s pero lo más inquietante era la ansiedad con

noche, recib

a interior viste de negro, come

ma, no hubo

pulsante creciendo entre

s sus muslos, liso, sin adornos, llevaba el cabe

, Dorian no la esper

e a una habitación distin

ma baja, casi al ras del suelo, con sábanas rojas. Luces te

tiempo de in

eció desde

con una chaqueta larga estilo milita

e -ordenó s

a lo

preg

du

la reconocía el t

ás un nuevo nombr

evantó

l menos en estas pa

bre, entonces?,-

--- respo

pareció en sus labio

con firmeza, sin brusquedad,

in permiso,--

,--- respo

la voz de Dorian

us propias manos, bajo la

bservó mientras ella s

atro patas, como una buen

a, las rodillas contra la alfombra

olvía más conscie

silla, cruzó las piern

pertenecer a alguien no es debilidad, es elección y tú estás el

,---- resp

o hay espacio para la vergüen

esperó el cuerpo tenso,

nó hacia ella. Rodeó su f

la acarició por pr

da, bajaron por sus nalgas y s

a ja

zura. Qué obediente

necesito,----

place,----

negro, acolchadas, no hací

y tobillos, luego, la ató

fensa, el corazón le golp

o y un vibrador delgado, los col

de mí, por dentro y po

,--- respo

ta que yo te lo di

ada trasera, y mientras acariciaba su clítoris co

nsación era intens

dentro, su cu

espira, siente.

or en el clítoris,

se de

ía girar el cuel

ido, marcado por cicatrices p

era eviden

colocó u

sin penetrarla, y le lami

locó luego provocaba

hombre, te tomaré como tu dueñ

ella, fue con un

de Elena

a cada sensación, estaba completame

a balbuceaba súplicas, palabras r

,---- pregunto Dori

tú, --- entre jad

ces esta noche?,-

letamente,----

cendió el

a gr

er era

a tras

ces, se

ncontrola

ndola, sus caderas golpeaban contra e

e otra vez,---

,--- resp

Dorian, moviéndose

,---- Ele

eguridad?,----

a... no,--

eguire, ---

s intenso y cuando creyó que

oraba, no de dolor, sin

n la

pecho mientras su

s mía esta noche,---

-- pregunto E

gando, si así lo desea

estaba agotada,

las barreras y en su r

se acercó a Dorian, quien estaba

-dijo, en

e reojo,---¿

endirse no es perder

a barbilla entre los dedos.--- Porque conmigo,

nces,

desde que com

ue no pid

ue marcaba, c

te poseo,

po cómo aca

a casa, en su refle

ardía po

odía conforma