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Esclava sexual para dos profesores

Esclava sexual para dos profesores

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Capítulo 1 La estudiante más perversa

Palabras:1740    |    Actualizado en: 08/06/2025

espaldas, sin hijos, sin estabilidad, sin confianza en el mañana. En otro tiempo creyó que la escritura lo mantendría, que las novel

nunca llegó, y había que ganarse la vida de algún mo

r Benjamín Iósifovich. El anciano, si mal no recordaba, era un buen tipo, aunque tenía esa mirada entrecerrada y fría que delataba a

sito d

- Justo formo parte del comité de entrevistas.

lidad resultó más compleja. La influencia

cercaba sin aviso. Cada palabra, cada frase era analizada con lupa, puesta bajo la luz y vuelta del revés. Sus publicaciones eran despedazadas como por aves rapaces, buscando la menor debilidad, la menor imprecisión o inferencia dudosa que pudiera ser motivo de

hacía pensar: tal vez no todo estaba perdido. Siempre había soñado con escribir una novela - una de verdad, intensa, que desgarrara el corazón. - Pero de momento tenía que conformarse con impartir

daba en esta ciudad un poco más... ¿quién sabe? Ta

*

habían invitado más por cortesía que por un verdadero deseo de tenerlo entre los invitados,

mo de cigarrillos, perfumes, conversaciones demasiado altas. La fiesta se organizó en honor a algún escritor de paso, cuyas obras eran t

eza, en la otra - algo más complicado, de un color a lima mohosa. Su cabello canoso estaba erizado, las g

onca y profunda, - ¿todavía no ha

ó de inmediato a

¿Q

n trago a su vaso. - Las veteranas ya se han calmado,

as extrañas - hace diez años había llegado de Italia, y ahora hablab

spondió A

esafiantes, sus aromas que llegaban flotando cuando aparecían en su despacho para las tutorías. Era u

o adolescentes

tan fuerte que la espuma de

lidad por los profesores. - Sacudió su melena canosa con una sonrisa burlona y añadió: - En fin, Artem,

o solo los apellidos y los títulos. Las horas pasaban con una lentitud insoportable, el aire en la sala era viciado, y la espalda le dolía por la incomodidad de la silla. Estiró la mano hacia su taza de café, que hacía mucho tiem

ocupado?

eran sido escritos por la misma mano, siguiendo el mismo patrón. Sus ojos pasaban sin interés por las líneas, con la esperanza de tropezarse con al menos un destello de originalidad, p

n. Tengo algo

echa - como la de alguien a punto de hacer un truco de magia

grande que el suyo, abarrotado de estanterías, con un olor a páginas antiguas, café, y algo más - algo sutilmente metálico. En el centro de la sala había una e

dijo, haciéndole u

abía qué iba a ver, pero algo dentro de él le decía que no debía sorpr

de las estudiantes. Su rostro estaba pegado a su entrepierna, mientras el rosado miembro de

como el mármol. En la fosa nasal izquierda brillaba un diminuto aro de oro, y sus orejas, como una obra de arte, estaban adornadas con media docena de aros plateados. Su cabello, cuidadosamen

illaba un interés extraño, casi depredador. Se recostó en el sillón, saborean

tém no se movió; su voz era firme y serena, a

rida? - Sus dedos se deslizaron suavemente por s

ible, sin soltar la polla de su boca, mient

l con una sonrisa autosatisfecha. - Gatita, te

ne de Benjamín, la chica gi

tiene pinta de ser el tip

n shock, cariño, dale una o

e dijo ell

espondió el hombre,

e acostumbrarás a nuestras reglas en la universida

do con revisar trabajos aburridos, el porno en vivo era algo totalmente

iguiente - int

es un día perfecto!

amada, amigo? -

adamente buena en lo que hace! - Joder, con una mamada, ella puede sacarte de la tumba rancia d

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1 Capítulo 1 La estudiante más perversa2 Capítulo 2 Un magnetismo tan enigmático3 Capítulo 3 La sumisión la llevan en la sangre4 Capítulo 4 Esto era parte del juego de la esclava5 Capítulo 5 En casa del profesor6 Capítulo 6 Ella no está lista todavía7 Capítulo 7 Ese fue el peor sexo de mi vida8 Capítulo 8 ¿Adivina qué estaba haciendo 9 Capítulo 9 ¿Por qué no 10 Capítulo 10 ¿Qué pasa con esos trabajadores de la construcción 11 Capítulo 11 Este hombre cachondo12 Capítulo 12 Ellos son mis Papis13 Capítulo 13 Tú eres mi dueño14 Capítulo 14 Vello púbico mojado15 Capítulo 15 Se la fueron turnando16 Capítulo 16 Te vamos a follar uno por uno17 Capítulo 17 Sus gemidos y los azotes18 Capítulo 18 Falange tras falange19 Capítulo 19 Nunca había visto nada igual20 Capítulo 20 ¿Has estado en sexo grupal antes 21 Capítulo 21 Entonces te tomaré por la fuerza22 Capítulo 22 Eres una verdadera ninfa23 Capítulo 23 Ven aquí y llévame24 Capítulo 24 Solo quiero25 Capítulo 25 Soy su esclavo26 Capítulo 26 Las reglas son solo una formalidad27 Capítulo 27 Cuando el miedo dio paso a la ira28 Capítulo 28 Una de sus máscaras29 Capítulo 29 ¡No me calles!30 Capítulo 30 Siempre la he amado31 Capítulo 31 Ella quería hacerme daño32 Capítulo 32 Seré tu esclavo33 Capítulo 33 Como una manta húmeda34 Capítulo 34 Es simplemente imposible35 Capítulo 35 Ella le quitó lentamente la bata36 Capítulo 36 Eso es decirlo suavemente37 Capítulo 37 Esto no es una broma38 Capítulo 38 Justo en el baño de la calle39 Capítulo 39 Te gusta ver esto, ¿verdad 40 Capítulo 40 Ella es solo su juguete41 Capítulo 41 No quiero este contacto físico42 Capítulo 42 Sexo de despedida43 Capítulo 43 Él quería tenerlo todo44 Capítulo 44 ¿Qué es este nuevo juego 45 Capítulo 45 Marismas pantanosas46 Capítulo 46 Fue una mueca de dolor47 Capítulo 47 Segura de sí misma hasta el punto de temblar48 Capítulo 48 Última palabra