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Esclava sexual para dos profesores

Capítulo 2 Un magnetismo tan enigmático

Palabras:1391    |    Actualizado en: 08/06/2025

tre el instinto y la lógica. Una parte le decía que era hora de largarse al diablo, salir de allí y olvidar aquell

, observando con avidez, sintiendo esa picazón bajo la piel que

acería. Sentía el olor de la san

erezosa de quien ya sabe qué elección hará su i

e recostó en su silla, cerró los ojos y le agarró la cabeza con ambas manos, atrayé

eró, su cuerpo se convulsionó y se corrió; un gran coágulo de seme

acariciando. Se le había puesto dur

rodilló y se limpió los labios y la barbilla. Iba a de

ático, ni a nadie que se parezca a ti - d

tando evidentemente de la situación. - Simplemente es un abuelo de

faciales tienen definitiv

cia lo han seguido toda la vida, pero él nunca les dio demasiada importancia. Nació y creció en Rusia, siempre se consideró r

res capaz de proporcionar un placer fuera de este mundo. - Sonrió, enroscando despacio un mechón de cabello alrededor de su dedo. - Y por fin se presenta la oportunidad de comprobarlo en la realidad. En Moscú ahora hay chicos tan elega

e viste en pelí

stamente me gu

nizarlo, mi dulce - apu

u pantalón, parece que también tienes un buen miembro. - Finalmente le bajó los pantalones y

enorme - dijo Benjamín. - Más grand

ella . - No podrías metértela en la boca.

lares con la lengua, provocando que a Artëm le recorrieran escalofríos por todo el cuer

portaba. A la g

rle el rostro pálido, ligeramente salpicado de pecas. Sabía que había eyaculado abundantemente

, Benjamín se masturba

a se giró

uier

do cómicamente la voz

, tendrás que

rastró haci

njamín, déjame c

día ver la coronilla de la chica; los sonidos húmedos que producía casi lo volvían loco. En ese momento, imaginaba que era él quien recibía aquella ardiente felación. Cuando Gati

Olía a humo de cigarrillo, madera húmeda y perfumes baratos, como si alguien los hubiera vertido apresuradamen

las enrojecidas, y en sus ojos brillaba una oscuridad mezclada con algo más: inasible, excitante, peligroso. Un fuego diabólico habitaba en su m

dos veces le hizo sentirse com

cierta sorna y dijo: «Mejor me voy, me esperan las clases». Como si todo

tes de dar un paso atrás. Ella esperaba. Esperaba que él la detuviera, que le dijera qu

vodka tónica, como un pequeño barco en medio de la tormenta. Sus dedos tamborileaban al compás sobre el cristal, su mirada se clavaba en Artem, y en sus ojos danzaban chispas de bur

sabor del alcohol quemó su lengua, pero en ese momento no le impo

amín, meciendo el vaso. El hielo

de lo que esperaba. No apartaba la vista de Benjamín, tra

on una ligera sonrisa en los labios

sintió la urgente necesidad de salir al aire libre, de sacudirse

é verla

seco carraspeo y

. Estudia aquí.

a cabeza, pero le pareció que el aire del

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1 Capítulo 1 La estudiante más perversa2 Capítulo 2 Un magnetismo tan enigmático3 Capítulo 3 La sumisión la llevan en la sangre4 Capítulo 4 Esto era parte del juego de la esclava5 Capítulo 5 En casa del profesor6 Capítulo 6 Ella no está lista todavía7 Capítulo 7 Ese fue el peor sexo de mi vida8 Capítulo 8 ¿Adivina qué estaba haciendo 9 Capítulo 9 ¿Por qué no 10 Capítulo 10 ¿Qué pasa con esos trabajadores de la construcción 11 Capítulo 11 Este hombre cachondo12 Capítulo 12 Ellos son mis Papis13 Capítulo 13 Tú eres mi dueño14 Capítulo 14 Vello púbico mojado15 Capítulo 15 Se la fueron turnando16 Capítulo 16 Te vamos a follar uno por uno17 Capítulo 17 Sus gemidos y los azotes18 Capítulo 18 Falange tras falange19 Capítulo 19 Nunca había visto nada igual20 Capítulo 20 ¿Has estado en sexo grupal antes 21 Capítulo 21 Entonces te tomaré por la fuerza22 Capítulo 22 Eres una verdadera ninfa23 Capítulo 23 Ven aquí y llévame24 Capítulo 24 Solo quiero25 Capítulo 25 Soy su esclavo26 Capítulo 26 Las reglas son solo una formalidad27 Capítulo 27 Cuando el miedo dio paso a la ira28 Capítulo 28 Una de sus máscaras29 Capítulo 29 ¡No me calles!30 Capítulo 30 Siempre la he amado31 Capítulo 31 Ella quería hacerme daño32 Capítulo 32 Seré tu esclavo33 Capítulo 33 Como una manta húmeda34 Capítulo 34 Es simplemente imposible35 Capítulo 35 Ella le quitó lentamente la bata36 Capítulo 36 Eso es decirlo suavemente37 Capítulo 37 Esto no es una broma38 Capítulo 38 Justo en el baño de la calle39 Capítulo 39 Te gusta ver esto, ¿verdad 40 Capítulo 40 Ella es solo su juguete41 Capítulo 41 No quiero este contacto físico42 Capítulo 42 Sexo de despedida43 Capítulo 43 Él quería tenerlo todo44 Capítulo 44 ¿Qué es este nuevo juego 45 Capítulo 45 Marismas pantanosas46 Capítulo 46 Fue una mueca de dolor47 Capítulo 47 Segura de sí misma hasta el punto de temblar48 Capítulo 48 Última palabra