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Esclava sexual para dos profesores

Capítulo 4 Esto era parte del juego de la esclava

Palabras:1373    |    Actualizado en: 08/06/2025

él había relegado a los rincones más remotos de su mente, sin permitirse siquiera pensarlas en la realidad. Y en sus ojo

ta se cierr

sin apartar la

hila a un lado. Lentamente deslizó la lengua po

os. Muéstrame tu po

abellos... ¿Te

ó la mesa y se arrodilló. - ¿Quieres que

e-e, Ga

ó. Él me lo ordenó. Solo

l es

o que quieras, y creo que ahora mismo quieres que te chupe. Pero si quie

la, - le

mo dig

no jugueteaba con sus cojones. Él eyaculó en menos de cinco minutos: a esa dulce comunión de s

le los testículos, y luego tomó cada uno de ellos en la boca. A pesar del dolor, a él ni se le ocurrió detenerla: se sentía tan bien. Su miemb

ntinuó

ansas? - pr

respon

ue pueda aca

lo. Puedo chupar durante horas. Yo misma

staban desabrochados y que una mano vagaba por d

sto todo el día

il para ninguno de los dos, pero ella cumplió con su tarea: durante todo ese tiempo, sus d

e sudor. Cayó la noche. Gatita se incorporó, se subió l

ella. - Ha sido i

... - alcanzó

lo ll

¿

alo - di

preguntó Artem, sin s

tú adó

ndió él. - ¿Quier

Para

lar - co

l cuando terminara contigo - explicó ell

deberías... hac

co - pron

cuando lo veas

chupando to

encanta esto -

eñó muy bien -

slizaba por las paredes como terciopelo oscuro, absorbiendo todos los sonidos, mien

tenue murmullo de los mosquitos. Él vivía a poco más de un kilómetro de la universidad: alquilaba un

especial en su sangre, o quizá le faltaba algo. La idea de que tarde o temprano le probaran lo irritaba y le asustaba. Esas pequeñas criaturas no solo b

¿y si los vampiros no son los que atacan en callejones oscuros? ¿Y si viven cerca, existe

iel parecía fantasmagóricamente pálida y sus labios demasiado rojos. Quizá ella también fuera una de ellos. Un vampi

ier frase llena de explicaciones inútiles. Se entendían sin hablar, demasiado bien, demasiado fácil. El aire entre ellos e

mezclaron, los dedos arañaron la piel, borrando límites y anulando tabúes. Él se quitó la ropa sin separars

moverse, cómo provocar, cómo dar y recibir sin remordimientos. Sus labios, sus manos, su aliento en su miembro: todo

a, su miembro seguía duro. Artem pre

respondió Gatita.

er tu rayita

que quieras. Esta noche soy tuya.

que tú tambié

ella, presionando los labios contra sus testículos

alento increíb

practicando -

e lo pue

Fue mi padre q

pio padre?

asó con mi madre cuando ella ya estaba embaraza

uy bien - dijo Artem, s

Así

A

principio, debo confesarte, me daba un poco de miedo y me

te vi

. Y también después de clase. Por la noche me cogía.

juego de esclavitud, esa puta sucia. Pensando en ello, se

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1 Capítulo 1 La estudiante más perversa2 Capítulo 2 Un magnetismo tan enigmático3 Capítulo 3 La sumisión la llevan en la sangre4 Capítulo 4 Esto era parte del juego de la esclava5 Capítulo 5 En casa del profesor6 Capítulo 6 Ella no está lista todavía7 Capítulo 7 Ese fue el peor sexo de mi vida8 Capítulo 8 ¿Adivina qué estaba haciendo 9 Capítulo 9 ¿Por qué no 10 Capítulo 10 ¿Qué pasa con esos trabajadores de la construcción 11 Capítulo 11 Este hombre cachondo12 Capítulo 12 Ellos son mis Papis13 Capítulo 13 Tú eres mi dueño14 Capítulo 14 Vello púbico mojado15 Capítulo 15 Se la fueron turnando16 Capítulo 16 Te vamos a follar uno por uno17 Capítulo 17 Sus gemidos y los azotes18 Capítulo 18 Falange tras falange19 Capítulo 19 Nunca había visto nada igual20 Capítulo 20 ¿Has estado en sexo grupal antes 21 Capítulo 21 Entonces te tomaré por la fuerza22 Capítulo 22 Eres una verdadera ninfa23 Capítulo 23 Ven aquí y llévame24 Capítulo 24 Solo quiero25 Capítulo 25 Soy su esclavo26 Capítulo 26 Las reglas son solo una formalidad27 Capítulo 27 Cuando el miedo dio paso a la ira28 Capítulo 28 Una de sus máscaras29 Capítulo 29 ¡No me calles!30 Capítulo 30 Siempre la he amado31 Capítulo 31 Ella quería hacerme daño32 Capítulo 32 Seré tu esclavo33 Capítulo 33 Como una manta húmeda34 Capítulo 34 Es simplemente imposible35 Capítulo 35 Ella le quitó lentamente la bata36 Capítulo 36 Eso es decirlo suavemente37 Capítulo 37 Esto no es una broma38 Capítulo 38 Justo en el baño de la calle39 Capítulo 39 Te gusta ver esto, ¿verdad 40 Capítulo 40 Ella es solo su juguete41 Capítulo 41 No quiero este contacto físico42 Capítulo 42 Sexo de despedida43 Capítulo 43 Él quería tenerlo todo44 Capítulo 44 ¿Qué es este nuevo juego 45 Capítulo 45 Marismas pantanosas46 Capítulo 46 Fue una mueca de dolor47 Capítulo 47 Segura de sí misma hasta el punto de temblar48 Capítulo 48 Última palabra