La elegida del millonario
ó a Mia, que estaba pensativa, mira
despertando de un sueño pr
, ¿qué
Mia. ¿Cuándo fue la última vez que saliste y no pensaste en lo que pasaría al día
miedo de lo que podría suceder, de las consecuencias de ir más allá de su zona de confort. Había estado tan ce
que he pasado, no estoy segura de qué tan segura sea est
dio un golpe jugu
Haz algo con ella! No puedes quedarte encerrada en una burbuja
sando las palabras de su amiga. Había algo e
ntes le voy a decir a Tom,
rió tri
argaré de hacer que t
ó un vestido rojo que le llegaba a la rodilla y unas pequeñas zapatillas de tacón, algo que nunca había usado antes. Aunque la ropa la ha
do con la salida, aunque
da lo que hablamos. No quiero que
Ella no solía beber, así que pensaba que con un par de
a sonaba en el fondo, y las luces multicolores daban un toque vibrant
-Sol exclamó, guiando
luía, los mojitos fueron sumándose. Uno... dos... hasta ocho. De alguna manera, los tragos se fueron sucediendo más rápido de lo que Mia había planeado,
con una sonri
a sí estás en
d, no sabía exactamente qué estaba pasando, pero ya
der. Abrió los ojos lentamente, dándose cuenta de inmediato de que no estaba en su cama, ni en su habitación, ni en ningún lugar que l
n dormía. Mia se quedó inmóvil, su corazón comenzó a latir rápidamente en su pecho. Al principio pensó que quizás había soñado todo, pero cuando vio s
ba borroso. De repente, el hombre se despertó, abriendo los ojos con una mirada somnolienta. Cuando se dio cuen
odía dejar de mirarlo. La ansiedad la invadió. ¿Lo que había ocurrido anoche había sid
a estaba tan seca que apen
sin pudor, se levantó de la cama, comenzó a vestirse con calma, como si
eada que parecía irradiar suavidad... todo parecía sacado de una de esas fantasías que nunca había querido
ió, con la voz más firme, aun
Se acercó a la cama, y Mia se echó hacia atrás, instintivamente,
algo en sus palabras que la hizo sentirse aún m
r en su voz mezclado con una creciente
ar lo ocurrido había llegado. Se sentó en la cama junto a ella, sin
ia entonces, lo recordó; Anoche él y ella... estuvieron juntos. Sol, los mojitos... después... lo
os recuerdos, pero nada parecía encajar. ¿Había sido realmente así? ¿Había
incapaz de encontrar palabras par
ra más que explicar. Pero luego, con una sonrisa en
rlón, mientras se levantaba y se acercaba más a ella
ntendía nada. Su mente seguía dando vuel
ntó, aunque ya no sabía si
la cama, la miró fijamente, su
via, Mia, de hoy en adelante -dijo, como s
ómo habían llegado hasta allí. La sensación de estar atrapada comenzó a invadirla nuevamente, y aunque sus pensamientos no lo
aunque la respuesta era obvia. Claro que
parecía completamente segur