Dueño de todo, menos de ti
da al azar. Su mundo se movía bajo reglas clar
a entrado en su vida, su
e enviara un mensaje. O que al menos le dier
, su número perma
vez sin obtener respuesta. Pero con Luna, cada hora que
ba riend
ormes de una nueva inversión en tecnolog
men
e
squina de tu edificio en 20 min
ma. Sin
intiendo una punzada de fa
na expresión que Camila, su
ima reunión -ord
frunció
inutos tiene una videoconfere
a repr
icina sin más
a – 20 minu
ba sentada junto a la ventana co
no fuera consciente de qu
y tomó asiento
pareces despué
calma exasperante
cí. Solo est
ada co
bo de su café an
mi
primera vez en mucho tiempo que
-dijo él, inclinándose ligeramente hacia adelante-. Pe
sobre la mesa y
lesta que no te
lo tomó po
e mol
llegaste, pareces alguien
tro sentía que ella veía
ierto, ¿qué har
n una intensidad que lo h
quilidad-. No me gusta ar
... era d
sobre algo que nunca antes había c
rieta en
en el café, las cosas no
ito de "noviazgo". No
Algunas noches aparecía con un mensa
aparecía sin
, aquello
s lo esperaban. Lo llam
na
so no podía ap
do a moverse en ese nuevo ritmo, su pasado decidió r
ana, mientras él revisaba documentos en su oficina
e haga u
ue es u
uspiró,
uié
segundo antes
dia Á
ue como un
omento antes de dejar los
que
ió y salió d
, la puerta se ab
au
ado en su memoria, aunque habían pasado más
recogido en una coleta alta. Sus ojos, antes
a, T
n su silla y cr
ias y ahora vienes aq
exhaló,
cómo
por el p
os labios ant
o un
rqueó u
icid
ella, con la voz temblo
que siguió f
erfectamente construido, se sacu
h
os por los que nunca le dijo nada, el miedo que sintió cuando se enter
día concentrarse
una pregunta se
e suponía que de
vida, Tomás Del Valle