La esposa oculta del CEO
e su regazo, odiando la forma en que Emiliano la miraba, como si ya
odiaba porque
día m
i todo lo que había vivido con él no significara nada.
aspecto de su vida, que la retuviera en esta jaula de oro d
iró, rompiend
que no
ó cómo su cue
e en ocultar la furia en sus palabras-. No me que
mo si encontrara su
ienes opci
retó lo
er para asegurarte de
ó con una inten
irte, lo harías. Lo qu
rdor en los ojos, p
Soy yo, porque fui lo suficientemente estúpida como p
tuvo una respuesta inmediata. Sus ojos se oscurecieron, y su expr
rees? -
ó a mantener la
so
nso, cargado de emociones contenidas, de verd
ya no querí
ivorcio -dij
entrecerr
o ten
garme a seguir
ligeramente
res ap
a la hizo he
l mundo a tus pies! ¡Puedes estar con quien quieras! ¿Por qué te e
vó en silencio po
e habló, su voz
a te di perm
escalofrío recor
mi dueño,
o no era una s
o soy tu
apel -escupió e
za, como si estuviera co
tonces quizá debería record
ortó la distancia entre ellos y la atrapó entre su c
una intensidad que l
alia -susurró-. Mírame a los ojos y d
pero ninguna palabra salió. Porqu
no estaba dem
aba con el simple hecho
que quisiera neg
su deb
onr
ensé -
a, maldiciéndose a sí misma por
ió de nuevo, su det
anos y tomó una profu
a tus juegos,
a, como si midiera cad
ramelo,
emente giró sobre sus talon
vez, no
z, iba