Nefilim Guerra de Almas
ÍTU
carn
piel, siento como con lentitud, la tela suave resbala de mis piernas "¿Qué sucede?" "¿Dónde estoy?" Inten
u voz suena preocupada. Tiene un tono de angustia, quiero a
sexi. Siento algo extraño al escucharla quiero... necesito al
. vete – dice otra voz
ad se cierne sobre mi. Cuando vuelvo a estar semiconscie
y – dice él
uridad. Pero no hay nada, solo hay oscuridad. "No espera" dice la voz en mi cabeza " Aquí estoy" Otra vez esa voz que me llena de calma. No es ella que tararea. Es esa voz. Pero me da miedo indagar más. No me gusta la sensación. "¿Por qué tengo miedo de buscar más?" "¿Por qué la escuchó de
do el cuarto reconociendo cada objeto. "¿Por qué no recuerdo nada?" "¿Cómo me llamo?" "¿Quién soy entonces?" "¿De dónde vengo?" Una risita del otro lado de la puerta distrae mis pensamientos y decido intentar averiguar si se caminar. Poco a poco con lentitud extrema, bajo mis piernas de la cama que se mueve demasiado por debajo de mi. Al palpar un poco escucho el líquido moverse dentro. Aunque el movimiento me marea decido pararme de golpe y la cama se sacude otro mas. "Puedo pararme" Doy un paso hacia adelant
. Me giro sobre mí misma con un poco de brusquedad y bajo la puerta se ven luces, vuelvo a escuchar la risita juguetona de una joven y una voz masculina, aunque no me resulte nada familiar. Veo las sombras pasar por debajo de la puerta, pero ahora t
rtas... el ba
e loseta tiene una estrella grabada. Miro la bañera y solo me imagino sumergiéndome en su espuma. Cosa que hago. Las velas aromáticas encendidas alrededor de ella me relajan. Vuelve esa sensación de vacío. "¿Por qué no puedo recordar?" Mi cabello se desliza por mis homb
las personas que estaban aquí hace un momento desaparecieron. A mi alrededor hay dos salidas así que opto por la de la izquierda. Al llegar al final dobló hacia la derecha y me topo con unas escaleras, para volver a toparme con pasillos, puertas, estoy como
ven con energía. Lleva
quiera sé quién soy. Un soldado me ha visto con desconfianza mientras me alejaba, mientras iba saliendo del laberinto me topé con cuadros en las paredes de unos personajes vestidos con uniformes, con muchas plaquitas de oro y band
grandes puertas de madera bien talladas y un
a? – pregunta un acento
fragmentos de mi escasa memoria me hacen sentir que estoy en peligro, me sudan y tiembl
uieres
zá sepan que me paso y sobre
la? – dice de nuevo el
e yo voy a estar en primera fila mientras eso pase – escucho como sue
emos mientra
haciendo de tropas. Carin está ayudán
rin?
tán interviniendo por los humanos. No
averiguar quien es. Como no tengo hacia donde ir me quedo inmóvil donde estoy, hasta que la puerta se abre de golpe y ahí estoy yo. Frente a m
os hasta que logró enfocar la vista. En el suelo hay un gran logo azul en forma de círculo que dice. Fuerzas armadas de los Estados Unidos de América. Casa blanca. Washin
orque tenerme miedo... ¿Cómo te sientes? –
su mirada, ella me intimida demasiado para mi g
entando desviar mis confundidos pensam
n? ¿Por qué estoy desorien
s lo esperado... malditos
somos? – elijo cualquier pregunta a
aturales, hijas de un arcángel, de procreación humana y naci
cesar lo que ella me ha dicho, aun que no entie
abla sin pensarlo – Estamos en Washington D. C esta es una casa presidencial.
ellos? ¿Como los humanos? ¿Qu
mientras me rodea con un brazo. Y
ento en unos pequeños sillones con una mesa central. Me hace señas para que la acompañe. Si
.. ¿Qué qui
recuerdas? – lo pi
decirme qué pasa?, ¿Qué fue lo que me pasó?, ¿Quié
rdos volverán a ti por si solos. Necesitas sa
te en
o intentamos rescatarte... hace poco que
o que?... ¿Por
.. hasta saliste lastimada. Te mantuvieron cautiva hasta bo
odría ayudarme. Aunque algunos fragmentos revolotean en mi memoria, explosiones, un rostro de una morena sonriendome y sus ojos verdes. Yo
Por ahora te daré un poco de historia para refrescar tu memoria, antes de empezar con lo nuestro. No hagas preguntas d
comprender porque, no duró más de dos segundo cada hoja y memorizando a una velocidad sorprendente. Pero no me detengo, paso hoja tras hoja, grabando todo en mi cabeza. Y cuando empieza a dolerme, el libro cae a mis pies y me lle
a. Que me ve con una sonrisa en el rostro y yo me siento asombrada.
endente
ro cómo?, ¿Qué sucede conmigo?
ue lo qu
r lo mismo con cada uno que cae sobre mi regazo. Estoy tan asombrada de la cantidad de información que estoy absorbiendo. Todo sobre las guerras de Estados Unidos. Sobre su civilización, sobre su economía, sobre su cultura,
idos y entretenidos. Quizá ella solo quiere refrescar mi memoria con algo que ya sabía, porque en cuanto mi mente y mi cerebro empiezan a encajar las piezas o solo veo un título de un libro las imágenes aparecen a
iente información por hoy. Cuando alzo mi vista hacia la biblioteca por todo el piso hay libros abiertos, pi
o? – le pregunto
cismo – dice con un tono bur
hablar del Dios
ro termina primero con esos libros del cerebro humano. Necesito que entiendas en cierta f
staba pensado en leer libro
na es algo más complicado para detallarte pero tu ya tienes creenci
tomo número 34 de la anatomía celular. Aunque ya han llamado mi atención algunos científicos loc
tándose frente a mi con las piernas extendidas. – Ya anocheció, ¿Com
no concuerda con su hostilidad y desconfianza. En su regazo lleva cuatro libros y cuando
REINA VA
BLIA
IA J
Y SAL
n escalofrío y sin decirme m
or esto...solo quer
comprender a dónde quería l
para tus clas
ra – digo
mano. Mientras aparta el cuarto
olo me ve esperando que diga algo. Estoy leyendo la introducción y conforme aprendo cuantas leguas fueron traducidas, sin saber cómo me encuentro recitando en voz baja cada idio
ntes no entendía porque.. pero ahora que estamo
orque no lo
su perfecto rostro. Sus ojos se ven vacíos, sin vida, como si nunca hubiera visto el sol o un amanecer, como las imágenes que dejo entrar si pienso en el sol no son nad
la tierra estaba vacía y de