Mi esposo millonario: Felices para siempre
uedándose momentáneamente congelada
su mejilla afectada y clavó sus ojos,
cachetearme?", escupió, con
hetada no basta para calmar mi ira. Quizás una segunda lo haga", respondió la al
ntar la mano, sin quitarle
regresó en sí. Se lanzó hacia el frente y empujó a Lin
alrededor de Joanna, a quien le murmuró alg
ó el equilibrio. Su expresión era de indiferencia mientr
rse callada y dejar que me desahogara. Lo único que hice fue darle una cachetada. ¿Cómo es que eso es excederse? Ademá
s dos no son más que unos tramposos despreciables. El día que todo s
vión de acusaciones. Abrió la boca para def
o de manera protectora; mientras miraba con los o
disculpa es solo eso: una disculpa. Además, las cosas no se solucionan con violencia; ¡est
to brusco y deliberado. "Lo tomaré como un cumplido", respondió con frialdad, mirándolo directamente a los ojos. "
a tomado por sorpresa. Por un momento, se preguntó si la
cesar lo sucedido. Se había burlado de ella en innumerables ocasiones, pero... este caso era dife
la percepción que tenía Joanna sobre el asunto camb
do eso a propósito para ll
ara encontrarlo completamente absorto en esta; la
s para alejarlo de esa mujer, así q
ronunció con calculada dulzura: "No digas eso. Lo más probable es que solo esté molesta. Y a
nna, cuyas palabras hicieron que el e
ecepción. "La Linsey que yo conozco nunca habrí
más sabia y me doy cuenta de que solo una idiota seguiría humillándose como yo lo hice! Felix, déjame dejar algo muy clar
arró su maleta y se dio la vu
firmes palabras como un puñetazo. Esa era la
aleta tras ella, una abrumadora sensación de pánico, tan
imiento se extendió por su ser: sentía que una part
ación, moviéndose instintivame
naría de esa manera. Sin pensarlo, se agarró la mejilla afectada y soltó con melo
que el corazón se le estrujaba por la
que formaban la huella de una mano, bastante visible,
eocupación. "Te llevaré al hospital para que
uavizó su voz y expresó en un tono de fingida preocupación: "Linsey realmente se fu
. Estoy seguro de que ella regresará arrastrándose. Y cuando eso pase, haré que se dis
n su abrazo y le dijo con dulz
s su plan estaba funci
creía que tenía el control de la situación. Linsey
la mujer no hizo nada por detener la ansiedad que lo carcomía.
euniendo toda su paciencia, le dedicó una sonrisa forzada. Sin embargo, su m
sí que estaba seguro de que regr