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Rompiendo tus Reglas

Capítulo 2 Tus niños

Palabras:1389    |    Actualizado en: 12/03/2025

ambas familias, olvidé que ni siquiera había desayunado, pero cuando llegó la hora del almuerzo fue imposible

ití el paso lo vi abrir la puerta para que una belleza de s

ises y cabellos rubios que había sido ab

o porque debía levantar a los niños y ducharlos ya que sus fami

a a la manija de la puerta para que no pudiera irse. A penas iba cubierta con unos

estado la niña ahí afuera, soportando el frí

risa que me dio cuando quité el nudo de su muñeca y la

o de que las repitió un par de veces logré e

as dejaba el plato con un tenedor sobre

para ella fue enorme y ella me la devolvió c

goles esta mañana! ¡Si

ser se llenó de energía al ver la eufori

o la impulsé hacia ella y sin dudarlo chocó lo

s consejos, señ

a que lo

elta y pasó junto al señor Wolsky para volver de

o que debes cuidar también de ti -y aunque no pa

ato con lo que parecía ser puré de papas y bistec con muchos vegetales, más de los que me gustaría comer -¿l

do sales de aquí, así que al menos debo a

osos cuando les digo que debe

para terminar pronto y poder regresar a mi tarea de organizar toda la in

tionó mientras se recosta

que las conductas se repiten dependiendo del patrón, pero sé también que muchos de ellos nunca son iguales que sus padres, por eso

enes un compromi

odas para que hiciéramos una pasarela en el pasillo

idaría algo refer

to ya vacío y salió de mi of

as y pasé el resto de la tarde con ellas, tal fue la perdida de la noción del tiempo, que terminé

lo que amas y no tendrás que

da del autobús y me recosté del tubo de metal que servía para so

unque el cielo seguía con nubes oscura

ión de frescura en el aire que había dejado la lluvia e

aba eran unos pantalones de chándal que me quedaban ajustados

e a mí y abrió sus puerta me acerqué

te de la noche, por lo que la hora pico ya había pasad

iné hacia mi edificio con pasos rápidos al saber que la no

rme una rápida entrada y en cuanto lo hice cerré detrás de mí para ir hacia mi piso por las e

abrí la puerta y el olo

unque ciertamente escasas veces lo hacía, ya que le tocaban mayormente los turnos no

ue lo primero que cuest

itación y me acerqué a ella para envolverla con un a

ar, cosa que agradecía, porque permitía que me delei

había conocido cuando yo apenas tenía veinte y ella veintiuno e

viendo cómo se daban declaraciones en un caso

y no pude evitar reírme, porque lo que para ella había sido aburrido, para había sido

amos mudándonos juntas años después cuando le co

ue convivamos tan perfectamente, tanto por las carreras que ambas habíamos elegido y que coe

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