Rompiendo tus Reglas
ambas familias, olvidé que ni siquiera había desayunado, pero cuando llegó la hora del almuerzo fue imposible
ití el paso lo vi abrir la puerta para que una belleza de s
ises y cabellos rubios que había sido ab
o porque debía levantar a los niños y ducharlos ya que sus fami
a a la manija de la puerta para que no pudiera irse. A penas iba cubierta con unos
estado la niña ahí afuera, soportando el frí
risa que me dio cuando quité el nudo de su muñeca y la
o de que las repitió un par de veces logré e
as dejaba el plato con un tenedor sobre
para ella fue enorme y ella me la devolvió c
goles esta mañana! ¡Si
ser se llenó de energía al ver la eufori
o la impulsé hacia ella y sin dudarlo chocó lo
s consejos, señ
a que lo
elta y pasó junto al señor Wolsky para volver de
o que debes cuidar también de ti -y aunque no pa
ato con lo que parecía ser puré de papas y bistec con muchos vegetales, más de los que me gustaría comer -¿l
do sales de aquí, así que al menos debo a
osos cuando les digo que debe
para terminar pronto y poder regresar a mi tarea de organizar toda la in
tionó mientras se recosta
que las conductas se repiten dependiendo del patrón, pero sé también que muchos de ellos nunca son iguales que sus padres, por eso
enes un compromi
odas para que hiciéramos una pasarela en el pasillo
idaría algo refer
to ya vacío y salió de mi of
as y pasé el resto de la tarde con ellas, tal fue la perdida de la noción del tiempo, que terminé
lo que amas y no tendrás que
da del autobús y me recosté del tubo de metal que servía para so
unque el cielo seguía con nubes oscura
ión de frescura en el aire que había dejado la lluvia e
aba eran unos pantalones de chándal que me quedaban ajustados
e a mí y abrió sus puerta me acerqué
te de la noche, por lo que la hora pico ya había pasad
iné hacia mi edificio con pasos rápidos al saber que la no
rme una rápida entrada y en cuanto lo hice cerré detrás de mí para ir hacia mi piso por las e
abrí la puerta y el olo
unque ciertamente escasas veces lo hacía, ya que le tocaban mayormente los turnos no
ue lo primero que cuest
itación y me acerqué a ella para envolverla con un a
ar, cosa que agradecía, porque permitía que me delei
había conocido cuando yo apenas tenía veinte y ella veintiuno e
viendo cómo se daban declaraciones en un caso
y no pude evitar reírme, porque lo que para ella había sido aburrido, para había sido
amos mudándonos juntas años después cuando le co
ue convivamos tan perfectamente, tanto por las carreras que ambas habíamos elegido y que coe