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La Baronesa de la Mafia

Capítulo 10 Un paso más cerca de ti (3era. Parte)

Palabras:2377    |    Actualizado en: 21/03/2025

ismo

mo, S

a

sta. En ambos casos, la rendición del otro es el objetivo, y para lograrlo, debes usar todos los recursos a tu

un pobre diablo. Eso es lo que esperan de ti, y en el momento en que te ven como otro más en la fila de idiotas, estás

igo. Todas lo tienen, solo es cuestión de buscar. Miedo, ambición, inseguridad, anhelos ocultos... tira de ese hilo y pronto la verás cediendo, acostu

e claro, un grito en silencio: no cedería a la boda. Y más que eso, me restregaba en la cara que nunca sería mi mujer. Ni por poder, ni po

ra doblarla. Franco era una opción, aunque sabía que el viejo mañoso era un arma de doble filo. Podía ayudarme... o hundirme solo por diversión, le encantaba jugar a dios omnipotente y había puesto la carn

el desgraciado se mantenía en silencio, con ese aire enigmático de

rompió el pesado si

burlona escapó de su boca mientras se recostaba en su silla-. Por favor... Soy

tensó. Me estaba

No me interesa enamorar a Oriana. Esta boda es

dina mientras encendía su ha

voz indiferente, dejando escapar una bocanada de humo espeso-. Me

vimiento seco y lo giré entre mis dedos,

dose-. Ayúdame. Dime lo que quiero saber. Una debilidad, una pista,

antes de responder, sus ojos afilad

tengo yo p

pretara los puños con furia. El

? -espeté, sintiendo la r

inal del día, los más interesados en esta alianza son ustedes. Lorenzo l

o quería una guerra interminable, por ese motivo accedió a la

o y conmigo. Te vendes al mejor postor. Y por eso Oriana está entreteniendo a

en una mueca fría. Lo

nza, quiero a alguien que trabaje junto a Oriana. Y ese eres tú. Pero para eso, tienes que aprender a ver más allá de tus nari

rmones. Me provocaba, una maner

s! -rugí, mi voz estallando en e

entras daba otra calada a su habano. Seguía imp

antes de perder el control y romperle la cara a ese viejo. Pero cu

logio 54

te, enarcando un

lo que

e jodía admitirlo... pero ahora tenía algo con qué em

o sea una trampa de Franco. Sí, era un paso peligroso, pero el riesgo valía la pena si me acercaba a Oriana. Aunque aún

e le siguieras el juego -dice con voz firme, dejando los cubiertos sobre el mante

me hierve por dentro. Cada palabra suya es un

r con un golpe seco contra el plato-. Si me hubieras dejado hace

en su silla, cruzando los brazos con un ge

das a

hondo. Sabe jugar con el silencio, sabe cómo

fuera por casarse con ella, y esa no es una alternativa -afirma, llevándose la copa

el cabello, exhalan

, el ruso no es un novato en nuestro mundo. Tiene un largo historial de muertes en su haber, mueve mi

ente, como si ya hubier

esperar el momento justo para sacarlo del juego. No

mborilean so

ingresar al país con un pasaporte falso. Lo más inquiet

n cruza los ojos de mi padr

estará detrás de Oriana. Vigílala y lo encontrarás. Después veremo

uciano aparece en el umbral del comedor. Su rostro está endurecido, con esa expresi

egunta con su voz fría, es

a ligeramente en

don Lorenzo, pero le traigo

te, sintiendo la tensió

ué descubriste? ¿Tienes algo sobre la di

e, su tono fir

cción. Entran y salen obreros, pero lo peculiar es q

tro se mantiene imperturbable. Luego, con la

o de Franco te dio algo útil contra Orian

una resolución clara en la mente. Es

nto más

igas desnudas y montones de escombros le dan un aire de abandono, pero el constante ir y venir de obreros dice lo contrario. El soni

ntanilla, la mandíbula apretada, el pie golpeando el piso con impaciencia. Su mirada se man

rtar la vista del edificio-. Es de

fía del lugar y lo entiendo. Un sitio c

ía algo tan obvio sin un motivo -

los dedos, dejando que la idea tome

eresa es Tiziano. ¿

ior de su chaqueta. Lo enciende con la calma de siempre, pero la forma en qu

Oriana, esto no e

leal a su hermana, pero ahora con Franco en la

iero verlo de cerca ant

s con los obreros que entran y salen, el ruido de las herramientas y los gritos de los capataces llenan

ces l

disfraz obvio: el casco amarillo, la camisa de manga larga y los jeans gastados no pueden ocultar su lengua

del sitio, el otro viste como cualquier peón, pero sus botas son demasiado limpias, demasiado nuevas. Hay algo en

lo nota

ando nada -susurra sin apart

jos-. Y si está nervioso, significa q

los planos en una tabla de madera que alguien dejó olvidada. De

en resultados ahora. -La voz del de la chaqueta de c

modo. Su respiración es agitada, como si

es tan simple. Si nos apresu

argamento grande de cocaína de uno de los carteles. Una

isa que se forma en mis l

os de encontrar

exhalando el humo del ci

é ha

. La cuestión no es si están moviendo droga. Eso ya es un hecho. La verdadera pregunta es: ¿

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1 Capítulo 1 Lo que una vez fui2 Capítulo 2 Jugando con fuego (1era. Parte)3 Capítulo 3 Jugando con fuego (2da. Parte)4 Capítulo 4 Jugando con fuego (3era. Parte)5 Capítulo 5 Un pacto arriesgado (1era. Parte)6 Capítulo 6 Un pacto arriesgado (2da. Parte)7 Capítulo 7 Un pacto arriesgado (3era. Parte)8 Capítulo 8 Un paso más cerca de ti (1era. Parte)9 Capítulo 9 Un paso más cerca de ti (2da. Parte)10 Capítulo 10 Un paso más cerca de ti (3era. Parte)11 Capítulo 11 Un paso más cerca de ti (4ta. Parte)12 Capítulo 12 ¿Un error o un acierto (1era. Parte)13 Capítulo 13 ¿Un error o un acierto (2da. Parte)14 Capítulo 14 ¿Un error o un acierto (3era. Parte)15 Capítulo 15 ¿Un error o un acierto (4ta.Parte)16 Capítulo 16 Lo que sentimos (1era. Parte)17 Capítulo 17 Lo que sentimos (2da. Parte)18 Capítulo 18 Lo que sentimos (3era. Parte)19 Capítulo 19 Lo que sentimos (4ta. Parte)20 Capítulo 20 Propuestas, charlas y más (1era. Parte)21 Capítulo 21 Propuestas, charlas y más (2da. Parte)22 Capítulo 22 Propuestas, charlas y más (3era.Parte)23 Capítulo 23 Propuestas, charlas y más (4ta.Parte)24 Capítulo 24 Abriendo el corazón (1era. Parte)25 Capítulo 25 Abriendo el corazón (2da.Parte)26 Capítulo 26 El rostro del enemigo (1era. Parte)27 Capítulo 27 El rostro del enemigo (2da. Parte)28 Capítulo 28 El rostro del enemigo (3era. Parte)29 Capítulo 29 El rostro del enemigo (4ta. Parte)30 Capítulo 30 Las cartas sobre la mesa (1era. Parte)31 Capítulo 31 Las cartas sobre la mesa (2da. Parte)32 Capítulo 32 Las cartas sobre la mesa (3era. Parte)33 Capítulo 33 El infierno desatado (1era. Parte)34 Capítulo 34 El infierno desatado (2da. Parte)35 Capítulo 35 El infierno desatado (3era. Parte)36 Capítulo 36 El infierno desatado (4ta. Parte)37 Capítulo 37 Mi vida contigo (1era. Parte)38 Capítulo 38 Mi vida contigo (2da. Parte)39 Capítulo 39 Mi vida contigo (3era. Parte)