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El Esposo Comprado por la CEO

Capítulo 9 8

Palabras:1070    |    Actualizado en: 20/02/2025

penthouse, Isabella contemplaba el horizonte con una copa de vino en la mano, su mente sumida en un torbellino de pensamient

sólido -dijo en voz alta, aunqu

pareció con su habitual

sitamos aliad

giró para

ca que Matteo no lo esté vigilando. Si ya sospecha

n asi

lguien que puede ayudarnos

arqueó

Qu

fono con un mensaje en la pantalla.

sta, sorprendida-. ¿No

os. Desde entonces, ha trabajado por su cue

pa sobre la mesa y

é habría d

sonrió

una oferta que n

viejo almacén abandonado que parecía sacado de una película de crimen. Isa

aspecto era el de un hombre que había vivido demasiado en la oscuridad: rostro m

que quieren joder a Mat

ntuvo la mi

mos ju

ó una carc

a. Nadie en esta ciudad bu

o un paso

ega de Matteo sin que sus hombres nos detecten. Sa

ó la cabeza

que yo pued

puedes -cor

tó la barbil

activar alarmas. Pero si Matteo se entera de que pus

egerte -inter

miró con

Si Matteo me encuentra, no

é quieres? -pr

nrió con

arte de lo que consigan. Matteo tiene cuentas escon

entrecerr

e decimo

encogió d

es no h

rápida. Sabían que necesitaban a Dante, pe

e, Isabel

entas traicionarnos, se

onrió d

ómo piensas

ridad y al menos tres guardias que patrullaban la zona. Dante había proporcionado de

a sobre la mesa del penthouse-. Hay una zona donde las cámaras tienen u

n asi

vez d

isor. Matteo guarda todo en archivadores bajo

iró a ambo

mal, abortam

ltó una

incesa. O entramos y salimos con la in

se mant

o morir e

su cigarro c

hagamos

bella, Adrián y Dante se acercaron a la bodega con movimientos calculados. La a

ecisión, utilizó una ganzúa para abrir

apenas lo suficiente para qu

ando en el techo. Se movieron entre los estantes repletos de caja

erradura y comenzó a trabajar en ella. Dante vigilaba la entrada mie

la cerradura había cedido. Adr

resuró hacia l

sabes la c

s en el panel de seguridad. Un pit

eron al encontrar lo que buscaba: registros de transferencias, nombres de po

-susurró c

eléfono y comenz

ento, un sonido

n arma al se

e giraron

la puerta, con su p

nir aquí -dijo

nte se mira

o aviso, Da

ardia, y en el segundo de confusión

orrió haci

vamos,

on corriendo, con el sonido de las

o su aliada, ahora se convertía en e

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