El Esposo Comprado por la CEO
ando encontrar una grieta en su máscara de perfección. Pero Isabella Moretti no parpadeó ni
cajada seca y apoyó
ontraste, entraste a este bar de mala muerte vestida como si f
elegancia, como si la escena
xa
eza, divertido por lo
or qu
tienes nada
a casa propia, ni familia que lo buscara, ni dinero suficiente para planear un futuro. Su vida s
arcasmo-. Pero no creo en los cuentos de hadas, Mo
la no
pa
ltó una r
an Moretti Enterprises no haría u
la miró con cautela antes de abrirla. Lo primer
con demasi
uficiente para empezar de nuevo. Para a
vacilación y apro
u pasado y tener otra oportunidad. Para mí, es la única forma de evitar que mi
en su silla, obser
esto no será un
esito un esposo. Solo un nom
leó los dedos
po tendré que s
que mi padre entienda que
le ocurre
esto, sabrá que no t
significaba meterse en un mundo que no le pertenecía. Un mundo donde la gente co
ificaba mucho más que unos meses
-preguntó
H
evantó u
Ho
tiempo par
evo la cantidad en el contrato. Más din
iró
Moretti. Tie
esia con vitrales ni una recepción lujosa. Solo un juzgad
irmando un simple acuerdo de negocios. Adrián, por
sabella solo asintió con la cabeza y guardó su copia del acta
los brazos,
ra qué,
zó una mira
e mudas
a miró i
Qu
remos que crea que esto es rea
n res
mi casa para jugar
gnificativa-. Dudo que el motel barato en e
una punzada
sado nuestra primera noche como
sultando. Solo
os en contra. Sabía que no tenía sen
retti. Hagámos
iró con elegancia y salió del juzgado, como si no aca