Casada Con El CEO Cruel (La venganza)
su cuerpo; la ventana de la habitación estaba abierta. Tras el frío que sentía
miró. El odio que habitaba en su corazón le hacía despreciarla. Con gran fiereza, le habló p
l baño, dúchate con agua calien
e Antón, ella bajó la mirada y procedió a ir al baño. Él contempló a la tímida joven que caminaba
puedes mirar a t
e llenaron de un agua cristalina; el miedo y la angustia de ser abusada por su reciente esposo se apoderaron de su
ncaminó al baño. Antes de entrar, se detuvo y,
or la fuerza; serás tú la q
ujer para saciar sus necesidades. Fue por eso por lo que acudió donde Ana, la mujer con la que mantenía relaciones
una mueca de desprecio y se metió a la cama. Alexa se metió a la ducha; dentro, lloró ahogan
y encontró a su esposo dormido, o al menos eso parecía. Con gran temor, se quedó en una esquina de la habi
a sacando de quicio. Lleno de odio, se levantó de la cama y se acercó a ella. Al llegar a sus pies, contempló el rostro perfecto de Al
ra que lo estaba invadiendo. Inhaló y
que expl
oderó de ella. Antón la tomó con fuerza del brazo y la llevó a esta arrastras. Una vez que llegó a la cama
se lo suplico! -pidió llorand
Eres la hija del maldito asesino de mi hermana, el causante
ada le provocaba miedo y terror. Cerró sus ojos y giró el rostro; luchar contra ese hombr
salvajemente. Al no sentir nada de movimient
a desear la hija de un
nos por esa noche no se atrevería a tocarla. Agarró la otra cobija y cubrió su cuerpo con gra
Quiso defenderse, pero no pudo; él tapó su boca mientras apretaba con la otra
No
la mujer sudada tras la pesadilla que había tenido. La mirada de o
so, durmió hasta la mañana siguiente. Eran las 7 a.m. cuando Antón aún dormía en
¿Por qué no dormis
zó a estirarse; contempló el r
la hici
cuento a nadie, mucho
habitación. Su madre le detuvo y, co
te? ¿Acaso no
olo 10 años; e
mesas se
lorar hasta que su hi
r ella? ¿Por qué no pu
más, es la hija del hombre que nos arrebató. Por es
Prometió que cuando creciera, le daría una nieta con el mismo color de ojos de Katy; a la vez, juró vengarse
mujer que le diera la nieta que tanto quería. Y más aún, así cobra
on a apoderarse de él; lanzó una patada a la puerta, lo que hizo despertar a Alexa. Asustada, corrió hasta
n la tomó del brazo, apretó su
recho asegur
on gran tristeza, ella se levantó y se encaminó hasta la cama. Subió las rodillas hasta el pecho y agachó la cabeza. Después de un rato, su es