Casada Con El CEO Cruel (La venganza)

hermosa en todos los aspectos, quien con su noble y bondadoso corazón se había ganado el cariño de tod

nes y, por consiguiente, le hicieron la entrega de los regalos. Con emoción, caminó hasta la mesa y los posó sobre la antes nombrada. Seguido, se colocó tras los enseres. Los aplausos,

rovenía de la puerta se escuchó, lo que hizo exaltar su co

on al hombre vestido de traje, se quedaron estupefactos. El silencio pulcro perduró, puesto que todos conocían al joven que caminaba dando aplausos y haciend

ente echó una mirada a todos los invitados; los antes nombrados temblaron y bajaron la mirada. En cuanto a Antón, sintió la sangre hervir. Su odio hacia los Ruíz lo segó; estaba tan irritado que, en un movimiento rápido y brusco, agarró la mesa que se encontraba frente a

cio. Aquella mirada le daba miedo y se llenaba de pavor. No pudo mantener la suya y la bajó al sue

hombre, sintió el miedo invadir cada rincón de su cuerpo. La presencia de Antón solo le dejaba claro una cosa: e

raba una solución. No se dejó derrumbar por nada ni por nadie. Para sacar a s

asado, que después de la forma en que ella se encontraba, pudieron haberse condolido. Pero lo que estaba sucediend

tarle qué pasara, se levantó y caminó hasta el hombre,

ja no se meta -replicó, provocando que Ant

girla hacia Alexa. Con su mano derecha apartó a Raquel, camin

bula tensada y una mirada despreciable, continuó- ¡Escucha bien lo que te voy a decir! Porque no piens

estremeció solo de imaginar a su padre siendo desconectado. Su mirada compactada con la del hombre que le estab

r sobre mi cadáver. Mi hija no tiene la culpa de nada; ella es ta

tás en posición de discutir -Antón volvió a mirar a Alexa-.

rente a él, tratando de conseguir que el corazón de Antón se ab

cendió más la ira de Antón. El antes nombrado apartó a Raquel, quien posteriormente cayó al suelo. Sin importarle, el hombre caminó hasta quedar solo a ce

emencia -bramó, echando fuego por los ojos. A continuación, la soltó y replicó-. Venir conmigo no regres

ó a ayudar

¡por favor! No debes pagar por l

ante la escena de las dos mujeres fre

-Arregló su tra