LA NOVIA FUGITIVA
cuarto que hacía las veces de oficina, un lugar modesto pero
egado a la boda de esa manera: sorprendentemente hermosa. Ahora c
¿Puedes recordarme t
, señor. Am
administradora del lugar -Amelia se sonrojó ante
ada de las finanzas y la administración de este modesto
compré -no dej
o. Me sorprendió mucho su decisión repentina, au
lleva aquí, señorita Parker ? -Los ojos de Á
ha sido poco tiempo, me he familiarizado con todos p
era ahora una mujer completamente diferente a la que solía ser, viviendo en un pequeño cuarto y lejos de su vida pasa
minutos, Amelia levantó la cabeza y r
a con mis padres, y no, soy sol
s en su cabeza. En ese instante, juró que la enamoraría y la haría sufrir, la humilla
s días entre ambos se forjó una complicidad que estaba revolviend
prano al supermercado y se e
Ella dio un pequeño sobresalto al escu
o mucho. Soy la encargada de abrir el lugar.
n poco, Amelia -insis
ás, me gusta estar aquí. No tengo a nadie con quien sal
mente, y ella se sint
taría conocer un poco más el pueblo. Además, he alquilado una
intiéndose halagada por la p
. Me parece bien. ¿Después
on complicidad, y sus bocas estuvieron a punto de rozarse, pero en pocos segundos llegaron los otros empl
ello para aliviar la tensión. Pasó
-la voz de Ángel la s
momento para cerrar la
que te ayude con tus funciones. Mañana será o
, pero el lugar no permite pagar a más e
brazo, invitándola a engancharse, y aunque avergonzad
tadoras calles de Villa Esperanza. Llegaron a
ustaría to
no estaría
implemente, Ángel. Somos contemporáneos,
n en la que estamos. Usted es el jefe, y yo simpl
ujer hermosa y, sobre todo, muy inteligente. ¿
respuesta a la pregunta de Ángel. Amelia estaba cola
sientes bien? -preguntó Án
iente muy extraño que una mujer como yo esté sali
, debo confesarte algo -Ángel dio un
ascinada con su jefe desde que llegó, pero no se atrevía a dec
uiero ser atrevido ni que pienses que estoy abusando
su cuerpo y se puso más pálida de lo que ya estaba. Este sentimiento era completa
. -ella titu
o es algo rápido y, por supuesto, muy loco, pero debo decirte que, si c
era vista era como hablar de sus mayores fantasías y
vi, fue como si Cupido me hubiera flechado al instante. También me cautivó demasia
jos como si estuviera viviendo un sueño, mientras él estaba pensando en la peor de las venganzas.
nte, sellaron lo que sería el comienzo d