La diosa de la guerra reencarnada
reaccionar Joseph, Lucille s
asiento del auto, mirando de reoj
saber de qué se trataba. Sin poder evitarlo, se pre
os rumores no
ne buena fama. No debe creer nada de lo que diga. La medicina que está tomando se la
rante un largo rato, mirando h
o en voz baja
haber sido eficaz, pero también perjudicial para su salud. En los
oblema con solo oler el medicamento, e
aba devolviendo el favor. Al fin y al c
J
o vis
relacionar
uiabierto, sin pode
o el señ
creía a la s
to c
n tipo de hechizo de Lucille? ¿Po
Preguntó Culver con prudencia. "Ella ya está co
siguió mirando al frente c
y si él se la arrebataba, ¿qué p
.
nto, en la
bía mucha actividad en el interior. Zoey, que había
se encontraban
o oír que ambos se preocu
más, Zoey. E
para que te s
abilidad, mientras sostenía s
a escena que se desarrollaba ante ella, cuand
s recuerdos dolorosos
e atención y afecto, pero fue ignorada
manos se encariñaban con otra mujer
ncón como un animal herido, lamiéndose la
r la figura de Lucille, su expresión cambió de repent
o mucho tiempo fuera del hospital. ¿Y si le
ema, Howard empezó a
Que huya si quiere, incluso si muere en la calle, ¡no es asunto nuestro! Si tie
sentía un fuerte dolor q
lor y la amargura de la due
r q
la trat
hija bi
ebió haber nacido en este
iro: "Tonta, te dije que no debías estar t
rta, pálida, la saludó de inmedia
e cuatro hijos. Lucille era la men
ucille se convirtió en la qui
un gesto y se dirig
mesa con el puño y la regañó: "Miren quién está aquí, ¿ni
una sonrisa indiferente y un tono
ueña original hacia su padre. Una vez calmada, no se entr
ver con Howard. Él era el padre de la due
que su cara se arrugó al oír su r
ndió con indifer
ard no podía creer lo q
rd. "Siempre tienes favoritos y nunca distingues el bien del mal. Además, malcrías a tu hija adoptiva y a mí, qu
icho comenta
uenco contra el suelo. "¿Crees que puedes salir i
enó al mayordomo con una expresi
o el valor para negarse,
Howard mientras tomaba el látigo negro de púas a
e invadió una oleada de pánico inc
eran las emociones
de robar, Howard casi mata a la dueña
ueña original no le t
r haberla abofeteado en el hospita
aún no se ha recuperado por completo. Está de mal hum
as escaleras y estuvo a punto de matarte. ¿Por qué er
ndo hizo el ademán, este silbó en
ué debería arrodillarme? Y, ¿a
embargo, no solo no me defendiste, sino que te pusiste de su lado. En otros tiempos, las acciones de Zoey h
e Lucille sonó clara y fuerte. "¿Qué
el tenso silencio con fuerza, y su
Howard se quedó
o general reservada y callada, fuera tan
nos segundos, al no