Atrapando al jefe de mi ex
ia
Marcos, soltándome de pronto y alejándose de
ando el hombre dio un paso al fr
retado el botón de emergencia con fines pe
, fue su muñeca fuerte, los gemelos de diamante, un reloj de oro y un
de echarnos un polvo en el a
ar para explicaciones. Probablemente, no. Esperaría a que bajase para volver a la primera planta y salir del edi
a suficiente para despertar mi curiosidad. Quizás era parte del consejo, puede que estuviese
s anchas y cuidadas, definitivamente, debían de pertenecer a semejantes brazos. Continué un poco
ligeramente tensa, los labios gruesos y apretados, tenían unas pequeñas líneas de expresión a los costado
llenándolo de poder y dominio. Lo suficiente como para que mi ex se sintiese intimi
estaban sobre mí, oscuros y absorbentes, impidiéndome respirar o escapar de allí, de él. El i
alisándome la falda, y acomodando la sobria camisa de seda que hab
veía, casi más asustado que yo y parecía que
cer piso, luego de contemplarlo por un instante, con una mirad
pensaba ponerme en ello mañana -. La puerta se abri
ue volviese sus ojos de depredador hacia mi e
gó saliva -. ¿Quieres que m
alir fuera del ascensor. No sin antes de dispararme con una de sus miradas de advertencia. A pesar de su i
Spirit: el corcel indomable? O, ¿
a una mierda lo que él quisiese y funcionó, porque vi que apretaba los p
zó a moverse, el intimidante s
la lengua de trapo -. ¿Te encuentras bien? -No conteste, porque si lo hacía, no podía asegurar que no me echase a llorar como una idiota, por lo que lo escuché, suspirar con impacien
rque pensaba que era su deber, pero de alguna m
ue creí que envejecería, me anunciase que se casaría con la que era mi me
ras, aunque eventualmente llegásemos a encontrarnos alguna vez. No era el ti
o y la espalda, sin gastar un solo cent
ego de una pausa prolongada y é
lo acababa de de
cabeza, sin entende
de la mujer que quería ser. No tengo empleo, de hecho por eso estaba aquí, pero considerando que estoy llegando casi cuarenta minutos tarde, dudo que me lo den. Tuve que meter a mi abuela a una residencia de ancianos
ado en su cuerpo atlético, aunque luego de lanzarle toda esa información, de
arto, si te iba la sobr
-sonrió con ironía, como s
ágrima resbaló por mi mejilla -. Lo gracioso, es que no estaba solo, sino con su amante, que resultó ser mi mejor amiga, a la que además dejó embarazada. Va a ser padre en dos meses... Padre, y me estaba pidiendo mi bendición para casarse con ella -suspiré -
nestamente, no podía mantenerme en pie. Me quedé allí, dejándome envolver por el silencio, mirando fijamente la pu
ras llorando hasta quedarte dormida, por mucho tiempo. Sin embargo, un día, vas a despertar y te darás cuenta de que esa noche, no lloraste. Al siguiente día vas
su voz de alguna forma
o lo s
ó su mano sobre la mía y me estremecí
iann
zó sus dedos con los míos -. No
abilidad sorprendente y
o perd
uertas del elevador, se abrieron en el piso diez y me invitó a bajar colocando u
con la c
no hay forma de que hoy consiga ese empleo -. Me emp
se detuvo a un metro de mí, y se dio la vuelta para mirarme sobre el ho
evitar