Atracción, irresistible, prohibida y fatal.
años d
onada por el primer día de clases. Su falda plisada de color azul marino se movía suavemente con cada paso, mientras que su camisa azul,
pero a medida que avanzaba, podía sentir las miradas curiosas de algunos compañeros,
oncentrarme en mis estudios y no deja
mocionaba el inicio del año escolar, y menos aún la idea de tener que ver a Ainara
Solo espero que no sea un
miradas de desdén. Ninguno de los dos sabía que
que estudiar con él»,
go, menos estudiar en la misma sec
rta. Su corazón dio un vuelco al leer el nombre de Mauro justo debajo del suyo. Mauro, que
ma sección -dijo Ainara, trat
í -respondió Maur
ía decidido unir sus caminos una vez más, aunque ninguno
norarse mutuamente. La profesora guía entró y comenzó a pasar lista, conf
la presencia de Mauro la afectara. Sin embargo, no pudo evitar lanzar miradas furtivas hacia él de vez en cuando.
banco bajo un árbol y se sentó, disfrutando de la sombra y la brisa suave. Apenas había abierto
reguntó Mauro, señalando
dida. Dudó por un momento, pero
ieras -respond
rante unos minutos, cada uno inmerso en sus propios
ra de reojo-. Aunque es lógico, siendo del mi
bro con un chasquido. -Pero parece que el d
ó una risa
ue no arruines este año como
, sus ojos bri
que siempre está busc
su voz baja y peligrosa. -Eres tú la
tando a todos! -replicó Ainara, levantándo
se puso de pie
, mantente fue
a, antes de girarse y marcharse, d
r sería un campo de batalla, y n
orazón latiendo con fuerza. No podía creer que Mauro tuviera el descaro de
ía, intentó calmarse, pero la rabi
con su mejor amiga Camila, quien n
un volcán a punto de explo
eja en la mesa con un golpe. -¡No puedo creer que
, comprendiend
ro tal vez este año sea diferente, ya no
o los brazos. -Ese chico es imposible,
ba en el otro extremo de la cafet
ó Alan, notando la expr
puedo creer que tengamos que soportarnos otro año más y
se
Tal vez este año las cosas ca
e encuentra la manera de meterse en mis asuntos, es tan fastidio
se cruzaban en los pasillos, intercambiaban miradas de desdén y comentarios mordaces. Sus
oger sus libros. Justo cuando estaba a punto de cerrar la puerta,
untó Ainara, sin molestars
ver contigo -respond
llero de golpe y se
pre estás en mi camino?
la miró, sus ojos
stás en el mío, así que la q
eer los pensamientos del otro. La tensión entre ellos era casi tangible,