Enamorada de mi Primo
es de estrellarse contra el suelo.
n su alrededor; luego, un enorme espejo rectangular y un sillón blanquecino con mucha ropa encima. Maldijo, m
había follado ahora y en qué mal
rostro estaba pálido y ojeroso. No recordaba exactamente cómo
eventos previos a despertar en esa extraña habitación. Flashes de risas, luces de colores y mús
o sabía ni quién era la dueña de esa du
tó que tenía una serie de heridas y moratones en todo su torso y cuando
é ca
su reflejo en el espejo del baño. Su memoria continuaba siendo un misterio, pero la
s las gotas de la ducha continuaban resba
se vestía, haciendo una rápida llamada por teléfono y maldiciendo todo
en una esquina, y al abrirlo descubrió pertenencias que le resu
cio y se subió en él, intentando ubicarse. Al menos, no le había robado el auto también. Hizo
se encontraba. No cono
vuelta a la manzana y llevó el auto a
en podía saber algo, era él. Tenía que haberle parecido raro
ún problema, lo hubiera echado primero... ¿no crees? -Su voz se volvió más exasperada-. No había nadie en la puta cama, ¿cómo quieres que recuerde? -golpeó el teléfono contra el asiento lateral-
ntrada de la casa colgando la llamada de golpe, mientras presion
r parecía estar igual que antes, sin señales de que hubiesen
ento. La incógnita de que fue lo que pasó con él e
or estaba tirada por el suelo. Eso fue antes de que se pusiera solo shorts para la piscina. Revisó s
otó que había varios mensajes sin leer y llamadas perdidas. La mayoría provenían de amigos que pregun
podía estar en paz consigo
en una maldita habitación; incluso, cuando ya presentía que antes de haberse echado un polvo, s
ró no habe
ito lo detuvo en seco. La vieja que tenía como criada
?! Mire no más cómo está hecho... ¿Qué
colaba en la boca, mezclándose con su saliva. Regresó sobre sus pasos, encarándo
tos, ¿vale? Y no me
aclamó, caminando con más rapidez-.
l no era ningún debilucho como para necesitar a un médico por unas simples he
, carajo, estoy b
sala cargando una enorme ma
iosa Serena" pens
ncia, convirtiéndose en un rostro similar al de la anciana y enrojeciendo al in
algo de agua -indicó la mujer desapareciend
señ
profundidad y acercarse hacia Daniel, dejando la maleta sobre el sofá y disponiéndose a abrirla con movimientos temblorosos. El playboy multimillonario le observaba con un
su prima estaba tan malditamente rojo, que el color s
ndose el labio ensangrentado mientras ella col
oprimía sus ojos y acercaba
eed... e
serie de carcajadas estride
duele nada, Serena
colocar
n una delicadeza que Daniel percibía como delicada y encantadora. Los oscuro
lcohol tocó su sangre; incluso, a S
vas en esta casa? -
cuerpo delgado temblando un tanto, sus ojos a veces dándole una breve mirada a la herida y luego nueva
aún seguían el recorrido del rostro de Serena hasta su cuello. ¿Por qué tenía que ser tan hermosa? Tant
sema
io. Claramente obligado por su padre. Él jamás iría a una cosa de esas por su propia decisión
ibido, pero no era como si se fuera a enamorar. Buscaba solo sacia
te para él, a quien estaba esperando encontrar, estaba ahí, y lo mejor de todo es que no h
conocía su forma de ser, y lo incomoda que se sentía con sus comentarios, por eso d
a voz de Serena no pasó desapercibida para Daniel. Y en es