Su novia pueblerina resultó ser legendaria
ole a Fernanda una sonrisa fugaz, la
en su asiento y lo vio tranquilamente ac
aba a una multitud armada hasta los dientes. Era evi
rribó de una patada silenciosa a dos de los homb
n entrenamiento extenso
de Cristian, los hombres
aire y cada golpe produ
n el tumulto con una
érica, a sus atacantes le
, se tambaleó hacia atrás y se desplom
gruñó de rabia. Al ver a Fernanda en el ve
pero la mujer se veía como un
rever que compartían un profundo vínculo. Toma
n salto y abrió violenta
da, ella le lanzó una mirada penetrante. "Tócam
a experiencia en encuentros difíciles, la confianza qu
con quien se pudiera jugar. Su formidable presencia era inconfundi
detrás de él, rompiendo el tenso enfrent
tó con la mandíbula apretada. "¿C
er con más fuerza mientra
, Fernanda le dio una
yó al pavimento, agarrándose
cha de suciedad. Sus feroces y desdeñosos ojos se entrecerraron mientras esbozaba
a sus cómplices. "No se queden ahí parados. ¡Acaben
dejaron de darle atención a Cristian y co
ción inundó sus profundos ojos oscuros. Rápidamente
eparado para la s
taba defendiendo, esta
s pelear con otras, pero Fern
movimientos fluidos y decididos. Era un torbellino de fu
terminó lleno de hombres caídos, cad
ras contra el concreto con un ruido sordo. Ya respirando tranquilamente, se puso de pie y se sacudió el polvo de las manos.
se fueron a toda prisa, tan rápido que uno de ellos golpeó un
el reducido caos. "Ust
cuchillo en su funda y se acercó a ella. Tenía una mirada
ojos radiantes proyectaban un brillo etéreo. Si bien encarnaba la elegancia de una
an se inclinaron en
bello, revelando su suave frente y
on su sonrisa despreocupada,
nanda se volvió hacia otro lado, pero el magne
la hizo perder
uró Cristian con
ella, por lo que sus rasgos se vol
vertían que debía mantener la distancia. Pero Cristian fue más rá
ella disminuía, se encontró der
uelto de cabello detrás de su oreja, y
as", murmuró con admira