Su novia pueblerina resultó ser legendaria
Cristian Reed se quedó callado, c
on hermosas e impecables! ¿Viste cómo tiró esa lata, Crist
raspasó la reserva de Cristian.
aron su rostro, acentuando sus contornos angulare
etumbar profundo y tranquilizador. "¿No te comprometerás pron
reció en quién sabe dónde. ¿Quién dice que no es una maldita y fea pueblerina? Mis amigos probablemente me ve
s, extendió sus largas p
zar la frustración de Bobby,
chica bajo la luz de la calle, su humor
a y se inclinó ligeramente hacia afuera. "Ho
frialdad del viento, haciendo que los
nso. Sus ojos se abrieron de golpe y su ca
tenecía a la chica que había cono
eas entre el pensamiento y la acción, Cr
eces, se dio la vuelta y siguió caminando. Apenas había dado unos p
lta, se encontr
mente guapo, además de que t
llo, mientras que la otra agarraba su brazo con firme
tian con reconocimiento. "Parece
l darse cuenta de que era el ho
l. De inmediato, retomó su compostura y adoptó una acti
una leve sonrisa. "Nunca ol
Cristian, devolver una buena acción no era solo una cor
ahora estaba a poca distancia, mirando todo de
uerta del auto abierta para Fernan
on una mirada cautelosa. "¿Q
r. ¿Aceptas?", preguntó Crist
pudo discernir por la inflexión de su voz q
no daba lugar a malentendidos. Negarse solo prov
o un leve asentimi
acía un gesto amable para que entrara y luego
"Debes estar bromeando, Cri
hacha con solo unas cuantas palabras, un logr
brir la puerta trasera
", preguntó
, orde
Bobby vio el elegante auto ne
el primero en v
lo habían
mpió el silencio con un torrente de pre
respond
es tu n
y Mol
s años t
dió Fernanda, apenas
reojo con esceptic
iencia es un ejemplo. Con ese traje impecable, pareces ser un magnate de los
evitar reírse.
ian se sintió más tranquilo. Si ella hubiera decidido seguir con esa far
re. Cristian se desvió hacia una calle lateral menos conge
un nativo de Zhota, sirven comida
respond
udiendo el auto hacia adelante. Fernanda fue impulsada haci
ó el espejo
se cruzó bruscamente en su
s blandiendo herramientas siniestras, cuyas siluet
n dudarlo en la consola c
lir", ordenó, presionándola contra el asiento. Con un gesto decidido, ag